Hoy es 14 de enero y a muchos ya se nos está haciendo largo el recién estrenado 2019. 14 días de enero convalidan como 60 días del resto del año y todo por las dichosas compras de Navidad, las salidas, los regalos, los excesos, los aguinaldos… Un derroche de gasto que luego se traduce en enero en un sinfín de suspiros, miradas a la cuenta de ahorros con el ojo pequeño y malabares gastronómicos que nos hacen subir la ingesta de arroz blanco y atún en comparación con otros años. Y la cuesta no es solo elevada por la cuestión monetaria… ¡porque a ver quién la sube con estos kilos que hemos puesto!
¿Nos apuntamos al gimnasio?
Las colas en el gym deben ser de antología en este mes de enero. Y digo deben ser porque lo supongo, no porque haya ido a verlo. ¿Apuntarme a un gimnasio?, ¿con qué dinero?
Enero, época de estrenos
Hay que aprovechar toda la ropa que nos han regalado en Reyes porque, vete a saber tú, cuándo tendremos ropa nueva. ¿Que no pega ni con cola? Da igual, aprovecha, no querrás quedar mal con tu suegro después de que te haya regalado esa bufanda.
¿Seguro que lo de ‘cuesta’ le hace justicia?
Al fin y al cabo una cuesta tampoco es gran cosa. Su propia palabra lo dice, ‘cuesta’ pero no es algo imposible. Imposible es asumir que aún queden 17 días para que se acabe el mes y en tu cuenta corriente no se pase de las dos cifras.
¡Ciao Navidad!
Hasta los más recalcitrantes amantes de la Navidad deben reconocer que acaban empachados de tantas luces, comidas y mantecados diversos. ¿Y las avalanchas en el centro de las ciudades? Pues eso, ¡a tomar por c***!
¿Y el dinero, donde está?
Que no lo vemos. Ni en la cartera ni en el banco, ni a la izquierda ni a la derecha. Se desvaneció, como lágrimas en la lluvia.
Volver a estudiar
Si no es la economía es por el comienzo del nuevo trimestre. La cuestión es estar deprimido por algo en enero.
La cuesta de enero es inevitable
A no ser que seas millonario, claro. Y como es inevitable, lo mejor es aguantar el chaparrón lo mejor que se pueda, ahorrando al máximo y soportando todo su peso entre tus hombros. Como el chico de la foto que, encima, te recuerda lo lejos que estamos aún del verano y sus bondades… ¡Anda que no queda nada todavía!
Tu cara haciendo cuentas
Cabriolas mentales hemos de hacer para que nos salgan las cuentas entre lo que tenemos y lo que aún nos queda por pagar. Luz, agua, Internet…¡me olvidé de dar de baja Netflix! Cuidado con las suscripciones automáticas de los servicios que dan un mes gratis… ¡que los carga el diablo!
Derroche de regalos
Es lo que tiene que se te caliente la mano o tener familia numerosa y decidir no jugar al amigo invisible, que se te van los ahorros en regalos y luego en enero hay que sufrir. ¿Que para eso está la paga extra? Enhorabuena, funcionario, háblale tú de paga extra a un pobre autónomo sin vacaciones todo el año…
Los hay con suerte
Y para terminar este manifiesto plañidero de ¡ay qué ver qué poco dinero tenemos en enero’ nos vamos al otro espectro, al que le da igual la cuesta de enero y la de febrero porque el dinero es un problema para él. «Yo no pienso en el dinero»… pues claro que no piensas, si no es un problema.
