La moda de Fortnite está llegando demasiado lejos. Y es que el popular juego de Epic Games se ha convertido ya en una causa de divorcio. Según Divorce Online, un sitio web británico dedicado a los divorcios, el popular juego de batallas es uno de los motivos que han alegado hasta 200 parejas que se han separado este año.
Si bien no se trata de una cifra exagerada, el hecho de que la adicción a Fortnite de uno de los miembros de la pareja ya se haya incluido como causa de divorcio resulta cuanto menos llamativo. Y nos indica que algo no va del todo bien.
Pero Fortnite no es la única causa por la que algunas parejas deciden separarse. Este mismo estudio señala que algunas de las cosas que las personas realizan online pueden terminar siendo el origen o la gota que colma el vaso en las parejas. Hay otras actividades, como por ejemplo ver pornografía o acceder a las redes sociales, que pueden mover a determinadas personas a solicitar el divorcio.
¿Qué pasa alrededor del mundo?
Lo cierto es que los datos que tenemos sobre la mesa pertenecen a un estudio realizado sobre ciudadanos de Reino Unido. Esto significa que, lejos de ser una buena noticia, en el mundo pueden existir muchas otras parejas que se separan o que están a punto de hacerlo por la adicción de alguno de los miembros a Fortnite.
La pornografía, que es otro de los motivos que se aluden como posible causa de divorcio en Reino Unido, no ha hecho más que agravar el asunto. Y es que en sitios dedicados a la pornografía como Pornhub también se está dando un curioso fenómeno: el de personas que teclean Fortnite en este portal, quizá en busca de contenidos pornográficos que estén relacionados con personajes o motivos del juego. Es evidente que la fiebre por Fortnite empieza a ser preocupante.
Hay datos de este mismo año que revelan que las búsquedas de sexo vinculadas a Fortnite han aumentado hasta un 834%. Ahí es nada. Los consumidores de este tipo de contenidos, que a la vez también deben ser fans del juego, buscan cosas como «hentai», «battle royale», «animation» y «strip», sobre todo en países como Finlandia, Francia, Irlanda, Noruega y Dinamarca.
