Los aeropuertos de Australia son otro mundo. Quizás, como bien indica el medio C|NET, cuando alguien se cruza medio planeta para llegar a Australia lo que menos le apetece es tener que lidiar concon cuantas menos cosas mejor y ponerte a rebuscar entre tus cosas para volver a coger el pasaporte y, por fin, entrar en el país. Es por ello que, como decíamos, los aeropuertos en Australia, y desde 2007, son otra cosa.
¿Adiós al pasaporte?
Fue en ese año que la Agencia de Fronteras creó las SmartGates, puertas inteligentes, que eran capaces de leer un chip en tu pasaporte y tomarte una fotografía, todo en el mismo lapso de tiempo. Si la imagen de tu fotografía tomada en ese momento coincidía con la fotografia que ilustra tu pasaporte, podías pasar la frontera. Todo listo. Así, el usuario se evitaba mayores complicaciones, solo tenía que sacar el pasaporte, pasarlo por la puerta, tomarse una fotografía y listo.
Ahora, el país oceánico quiere que este proceso sea aún más rápido y eficiente, evitando tener que sacar el pasaporte para ser escaneado y solo tomando una fotografía del pasajero. Durante el pasado mes de mayo de 2017, en Canberra, la capital de Australia, se llevaron a cabo unas pruebas pioneras en todo el mundo que permitían la identificación sin contacto de los usuarios del aeropuerto. Muy pronto se llevará a cabo la segunda parte de esta prueba para, posteriormente, implantarlo como método habitual de identificación de pasajeros en la frontera.
En esta segunda prueba, algunos pasajeros seleccionados en viajes internaciones de la compañía Quantas, durante el proceso de check-in, verán su pasaporte registrado por un escáner y su cara tomada por una foto. Posteriormente, al momento de embarcar, la puerta inteligente solo tendría que captar la imagen de tu rostro, hacerla coincidir con el registro previo de tu escáner y, si no hay problemas, embarcar directamente en el vuelo de Quantas sin necesidad de presentar el pasaporte.
Este, sin duda, puede ser el primer paso para que el pasaporte, en un futuro, nos haga menos falta que ahora. ¡Quién sabe si pronto pasará a la historia el miedo a perder la identificación en un aeropuerto!
