Los peligros de espiar a tu hijo o a tu pareja por WhatsApp

Los celos, las inseguridades, el miedo o simplemente una duda pueden ser la causa de uno de los hechos más cotidianos de la era moderna: espiar un WhatsApp ajeno. Y no, no vas a ser el primero ni el último que lo haga, pero has de tener en cuenta varias cosas la próxima vez que te sientas tentado de llevar a cabo esta práctica: es ilegal. Y aún peor, si buscas fórmulas para hacerlo más allá de coger el móvil a tu pareja, hijo o amigo, lo más probable es que te acabes topando con algún timo. Como lo lees. Espiar no solo es ilegal, también te puede salir caro a muchos niveles.

En España leer mensajes ajenos, ya sea a creando un WhatsApp Web para leer mensajes en remoto o espiando el terminal de la otra persona, atenta directamente contra el Derecho a la Intimidad. Y, por tanto, está penado. Ya hay jurisprudencia al respecto, con casos como uno de 2014 en el que un hombre decidió descargar los archivos de historial de conversación de su pareja. El resultado fueron dos años y medio de cárcel. Pero aquí no vamos a hablar de este “peligro”, que tiene mucho más que ver con el respeto a la otra persona que con ser engañado. El tema en cuestión es todo el negocio y las prácticas fraudulentas que se aprovechan de ese sentimiento de celos, inseguridad, miedo o duda. Son timos, y lo único que quieren es sacarte el dinero, no ayudarte con tu pareja, hijo o amigo.

Los hackers y los programas para espiar WhatsApp

Es posible que, al adentrarte en el oscuro mundo del espionaje de WhatsApp en Internet, te encuentres con toda clase de comentarios, programas y contactos dispuestos a ayudarte en esta práctica de dudosa moralidad. Repetimos: son timos y lo único que buscan es tu dinero. Todos ellos mantienen un denominador común, que no es otro que el poder espiar las conversaciones de la persona que te importa. Lo hacen con diferentes métodos: programas súper sofisticados, técnicas informáticas poco claras o aplicaciones de dudosas fuentes. Claro que, antes de llevarlo a cabo, requieren de un pago. Aquí está el timo.

hackear WhatsApp

Existen toda clase de contenidos tras realizar una sencilla búsqueda en Google. Y ya te advertimos que ninguna de ellas funciona. En WhatsApp se han cerciorado de crear una herramienta segura. Y solo las personas que quieren aprovecharse de la desconfianza y los dramas de otras son quienes crean estos falsos contenidos y programas. Su único fin es enriquecerse a cambio del sufrimiento de otros. Y por desgracia funciona. Así que no te fíes de enlaces, programas y páginas web donde tengas que introducir números de teléfono o instalar herramientas de dudosa fiabilidad en tus equipos.

WhatsApp se ha convertido en una herramienta de uso diario que media entre discusiones de pareja, grupos de amigos y otros entornos sociales. Y es la prueba fehaciente y escrita de muchos de los tratos, insultos, discusiones, sexting y otros intercambios de información. El caldo de cultivo perfecto para el drama, y el contenido ideal para que las mentes más retorcidas saquen rédito de él. Sin embargo, no es posible. Repetimos una vez más: son timos que se aprovechan de la desesperación de los usuarios de WhatsApp. No caigas en esta práctica. No es legal, ni moral ni se puede llevar a cabo técnicamente. Por mucho que un foro, una página web o un vídeo de YouTube diga que sí.

Un caso práctico

En tuexperto.com hemos recibido numerosos comentarios alabando las hazañas de algún gurú informático capaz de dar acceso a la cuenta de nuestras parejas en WhatsApp. Y hemos decidido probarlo y estudiar de qué se trata. Nos hemos sorprendido al encontrar varios caminos para el mismo fin, aunque con el mismo paso previo de pagar por tener acceso al contenido en cuestión.

peligros de WhatsApp

Todo empieza con un misterioso anuncio o comentario acerca de cierto hacker o número de contacto que proporciona estos servicios de espionaje. El primer contacto siempre es servicial y cordial. Como si de una empresa profesional se tratase, el hacker en cuestión nos confirma que es posible llevar a cabo el espionaje de la cuenta de nuestro supuesto marido. Nos inventamos una compleja coartada haciéndonos pasar por una mujer que, tras ser traicionada por su marido, necesita acceder al móvil de este para mantener la empresa que compartían a flote. La respuesta es rápida y sencilla: se puede espiar de forma remota y “solo” tiene un coste de 500 euros.

Por supuesto, tiramos de la manta para conocer cuál es el método para llevar a cabo esta práctica. Somos conscientes de que WhatsApp trabaja con una encriptación o seguridad de usuario a usuario que impide los ataques de terceros. Todo va codificado desde que sale del móvil del emisor hasta que llega al del receptor. Así, aunque accedas al mensaje, no es posible descifrarlo. De ahí que WhatsApp haya dado tantos quebraderos de cabeza a organismos como el FBI o gobiernos enteros como el de Brasil en el pasado. Todos quieren conocer el contenido de conversaciones de supuestos delincuentes, pero la protección de WhatsApp es inexpugnable. Incluso para la propia WhatsApp. Es decir, que no se puede hackear de forma remota. La seguridad es prácticamente total. Aun así seguimos con el juego…

hack de WhatsApp

Una vez que conocemos el precio del servicio exigimos garantías. Estamos desesperados por poder acceder a las conversaciones de nuestro inventado marido para mantener los clientes de la empresa, pero no nos fiamos. Pocos minutos hacen falta para que nuestro contacto, en este caso por Gmail, nos responda y nos aclare que cuenta con un software capaz de todo. No solo nos intenta vender la bola de que espía WhatsApp, sino que con él tendríamos acceso a “Facebook, WhatsApp, Instagram, correos electrónicos, mensajes de texto, snap chat, icloud, wechat, video, fotos, llamadas y cualquier otra aplicación en el teléfono”. Una fantasía de programa, vaya. Algo con lo que monitorizar cada pulsación que este marido traidor inventado haga en su móvil. Por supuesto, el hacker nos asegura que no es la primera vez que lo hace y que es muy profesional. Pero seguimos dudando.

En el siguiente mensaje nos mostramos dubitativos. Sabemos que el proceso atenta contra el Derecho a la Intimidad, y queremos saber si esto no es un peligro para nosotros. Por supuesto, pocos minutos después, recibimos un mensaje algo más ansioso que asegura que el software para espiar WhatsApp es seguro y fácil de usar, tentándonos a llevar a cabo el proceso cuanto antes.

espiar WhatsApp

Pronto descubrimos que los datos de contacto y la cuenta para pagar están sitiados en Nueva Delhi (India). Hasta ahora habíamos cruzado mensajes en perfecto castellano, sin hacernos dudar en ningún momento que el Hacker era español o que hubiera algún tipo de red fuera de las fronteras españolas. Nos invita a pagar los 500 euros de su servicio a través de empresas de pagos internacionales como Western Union o Moneygram. Un servicio realmente cómodo que solo requiere conocer el nombre del destinatario (posiblemente mentira), la ciudad del envío y la cantidad. Cuando nos mostramos reticentes a realizar el pago, la cosa se pone turbia.

Es entonces cuando el supuesto hacker empieza a enviar más mensajes tratando de convencernos de llevar a cabo el pago. Al hablar más allá de un par de frases escritas la gramática comienza a fallar. Lo que nos invita a pensar que estaba usando un traductor. Por supuesto trata de argumentar nuestros mensajes para rechazar la idea de que sea un timo. Y llega a escribirnos varios correos incluso después de no contestar a sus mensajes. Finalmente parece desistir. No sin antes dejarnos un enlace a una supuesta herramienta de espionaje de WhatsApp que, por supuesto, no hemos querido usar, invitándonos a dejar nuestro número de teléfono en ella. Y es que lo más probable es que se trate de algún enlace fraudulento que ponga en jaque nuestra propia seguridad o nos invite a pagar para un producto que en realidad no puede hacer lo que promete.

WhatsApp

Espiar WhatsApp es ilegal y amoral

Hay que tener muy claro que solo querer espiar una conversación ajena puede ser motivo más que suficiente para no mantener esa relación. O para poner las cartas sobre la mesa con esa persona supuestamente tan importante como para negarle su derecho a la intimidad. Pero si, aún con todo esto seguimos pensando en hacerlo, no hay que perder de vista que, no solo legalmente está prohibido, sino que también es una tarea técnica poco menos que imposible.

Ni chamanes, ni hackers en las sombras, ni programas que se instalan en el móvil de esta persona especial pueden saltarse las barreras de seguridad de WhatsApp. Su sistema de encriptación end-to-end o de usuario a usuario está pensado para que todo se codifique. Ni siquiera al romper esta seguridad se puede conocer el contenido  de un mensaje. Y lo mismo ocurre con las fotos y vídeos compartidos. Hay técnicas periciales informáticas para recuperar información, pero hay que tener acceso al móvil y unos conocimientos muy avanzados en la materia. En otras palabras: no se pueden saltar las barreras de seguridad de WhatsApp.

Espiar WhatsApp es ilegal

Desde luego hay fórmulas para conseguir acceder a estos contenidos: mirar por encima del hombro de esa persona cuando chatea, acceder a su versión de WhatsApp Web sin que lo sepa… en cualquier caso, situaciones que siguen atentando contra su Derecho a la Intimidad.

Por tanto, la mejor conclusión a este respecto es pensar que WhatsApp no se puede espiar. Ya que es la manera de evitar meterse en líos: legales o que perjudiquen nuestra propia seguridad (programas infectados) o nuestro bolsillo (timos). Más aún cuando ya hemos comprobado que se trata de timos. No hay ninguna fórmula que sea ni bonita ni factible para llevar a cabo estas prácticas amorales, así que lo mejor es hablar directamente con esa persona para saber si nos está engañando o no. Y si con todo esto queda la duda, quizá haya que plantearse si se trata de la persona correcta.

De la misma manera que hemos recibido mensajes de supuestos usuarios bendecidos por haber conocido a un hacker todo poderoso, también nos hemos topado con otros que afirman que sus métodos no funcionan, y con los que solo han perdido dinero. Además de la vergüenza asociada a sentirse estafado. Motivo más que suficiente para evitar estos peligros por querer espiar una conversación ajena de WhatsApp.

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