Nuestro vecino Marte, el planeta rojo, se enfrenta a una fuerte tormenta de arena desde el pasado 1 de junio. Actualmente, la tormenta ha alcanzado un tamaño equivalente al del continente asiático.
Los expertos aseguran que es una de las tormentas de arena más intensas que se han observado nunca en Marte. Los datos registrados hace apenas dos días confirmaban que la tormenta cubría más de 41 millones de kilómetros cuadrados.
Una tormenta de arena de grandes dimensiones en Marte
El pasado 1 de junio, la NASA detectó una gran tormenta de arena en el planeta Marte. Tan solo una semana después, la superficie a la que afectaba había superado la superficie de América del Norte.
Y pocos días después, tenemos confirmación de que casi ha duplicado su tamaño de nuevo. A día de hoy, la tormenta tiene dimensiones equivalentes a las del continente asiático.
En un comunicado de la NASA, los expertos han explicado que se trata de una de las mayores tormentas de arena jamás detectadas en el planeta. El robot Opportunity, que desde hace varios años estudia el Planeta Rojo, ha registrado los efectos de la tormenta.
Según la NASA, la tormenta «ha tapado tanto la luz del sol que para Opportunity se ha hecho de noche». La agencia ha paralizado temporalmente las operaciones de reconocimiento del robot mientras esperan a que pase la tormenta, ya que sus paneles solares no están generando la suficiente energía.
La agencia aprovechará estas circunstancias para aprender más sobre las condiciones en Marte. La experiencia permitirá obtener más información y entender mejor los riesgos de nuevas operaciones en el planeta.
Los expertos aseguran que el principal problema de una tormenta así no es el viento, sino la inmensa cantidad de polvo que levanta. Las finas capas de arena que se envían a la atmósfera de Marte impiden el paso de la luz solar y dificultan el trabajo del robot Opportunity.
Tormentas de arena, un fenómeno habitual en Marte
Aunque esta tormenta puede parecer espectacular, existen registros de una aún mayor que ocurrió en 2001. En esa fecha, una impresionante tormenta de arena llegó a cubrir la superficie entera del planeta, excepto el pico Olympus Mons (de 24 km de altura).