Estados Unidos vive tiempos convulsos. El ascenso de Donald Trump a la presidencia del país no ha calmado los ánimos y numerosos grupos han alzado la voz contra un personaje que, según ellos, no debería ocupar un puesto de tal responsabilidad. Los artistas no han tardado en unirse, creando obras que reflejan el malestar de una época, tristemente marcada por el racismo, la violencia policial y las matanzas en colegios e iglesias.
Childish Gambino, nombre artístico del también actor Donald Glover, acaba de lanzar el que es, de momento, pieza audiovisual clave para entender qué es lo que pasa más allá del charco. Es tal la cantidad de detalles que ha incluido en el videoclip de su nuevo vídeo, ‘This is America’ que se necesitan varios visionados, además de conocer referencias de la historia cultural afroamericana que, a la mayoría, se nos escapa.
Presentado en el pasado Saturday Night Live, el vídeo de «This is America» es, a un nivel superficial y de primera lectura, una clara denuncia al escaso control de armas. En los primeros minutos, podemos ver como el propio Childish Gambino descerraja un tiro a una persona afroamericana, encapuchada (referencia a las torturas practicadas en presos), para posteriormente depositar con cuidado la misma pistola sobre lo que parece un paño de seda.
Posteriormente hace lo propio con un coro de gospel: los ametralla sin piedad en una clara referencia a la masacre ocurrida en Charleston, Carolina del Sur, en la que un ultraderechista mató a 9 personas. Otros símbolos que aparecen en el film son los teléfonos móviles: usados por los chavales como distracción, el rapero en sus letras nos deja claro que también pueden ser utilizados como armas («This is a celly/This is a tool»).
La canción «This is America» está compuesta por dos partes bien diferenciadas y que suponen un cambio abrupto tanto en el ritmo como en la melodía. Si comenzamos con una melodía cálida, que invita al baile, proseguimos con un conciso tema trap, oscuro y sinuoso, que no es otra cosa que el reverso melódico de la primera parte. Aquí Gambino, acompañado de un grupo de chicos y chicas que bailan una danza africana, tapan los disturbios y los asesinatos. Una manera de decirnos que, tras esa imagen de fiesta que los medios asocian a la comunidad afroamericana se esconde una verdad mucho más terrible.
