Antes nos subíamos al metro con un libro. Ahora la mayoría lo hacen con el móvil, porque viven pegados a él. Y allí leen directamente las noticias, echan un vistazo a las redes sociales o mandan memes por WhatsApp. La literatura nunca ha sido uno de nuestros fuertes. Leemos poco, así que lo que necesitamos es algo interesante y original. Algo que nos atrape.
La editorial francesa Short Edition quiere probar suerte con esto. Se trata de un dispensador de relatos cortos. Bautizado como Short Story Dispenser, se trata de una máquina que podríamos encontrar perfectamente instalada en una estación de tren. O quizá en una terminal de aeropuesto.
Como puedes imaginar, lo que hace este invento es dispensar a los usuarios historias cortas en papel. Todo lo que hay que hacer es pulsar un botón. En l máquina hay un 1, un 3 y un 5. Son los minutos de lectura.
¿Que el metro llega en un minuto y medio? Pues entonces quizá tengas tiempo de hacerte con una historia corta. 60 segundos de lectura gratuita y aleatoria. Seguramente sea un poema. Un relato corto, cortísimo, que te ayudará a hacer más entretenida la espera entre el bullicio.
El dispensador de relatos, uno no lee porque no quiere
Así, puedes encontrar relatos breves del mismísimo Shakespeare. O de Virginia Woolf. Alta literatura que no solo promociona a los autores muertos. Los escritores vivos que tienen sus obras metidas en esa máquina perciben derechos de autor cada vez que la máquina dispensa una de sus obras.
Se imprime con papel ecológico y sin tinta. El resultado de la impresión es una especie de papiro. Cuanto más minutos selecciones, más largo será el papel.
Se trata, como ves, de un servicio sencillo y casi mágico para los amantes de la literatura. Y quizá también para los que pensaban que no lo eran. Lo más probable es que dándole al botón, muchos le cojan el gustillo a esto de leer unos minutos. Y quizá se apunten luego a la afición de sumergirse en las obras completas.
El primer dispensador de relatos cortos se instaló en el aeropuerto Charles de Gaulle, en París. Hoy está disponible en más de 150 lugares, la mayoría en Francia. También hay unos 20 en Estados Unidos, así que esperamos que este magnífico invento pronto llegue a nuestro país.