Parece ser que 2018 no solo será el año en el que los terminales de pantalla infinita y doble cámara invadan las tiendas y los hogares de todo el mundo. La pantalla flexible quiere también su trozo del pastel, convirtiéndose en una de las últimas características realmente novedosas en cuanto a telefonía móvil. Y parece ser que Samsung presentará, con total seguridad, su propio teléfono con pantalla y cuerpo flexibles el próximo año. Tendrá por nombre, como ya muchos sabemos, Samsung Galaxy X. Y el X del nombre le viene como anillo al dedo, pues aún se presenta como toda una incógnita.
2018: el año de las pantallas flexibles
A pesar de ello, ya contamos con nuevos detalles del terminal que, suponemos, supondrá un antes y un después en la historia de la telefonía móvil y su diseño. El pasado mes de septiembre, el CEO de Samsung, DJ Koh afirmaba que 2018 verá nacer el primer terminal flexible de la historia de Samsung, un móvil cuyo diseño se alejaría, bastante, del ZTE Axon M. El ZTE Axon M es un terminal que se dobla en sí mismo, pero lejos del concepto de pantalla flexible. ¿Lo tendremos, por fin, en este Samsung Galaxy X?
Según la página ZDNet, Samsung ya habría presentado una patente de pantalla flexible propiamente dicha: nada de un par de pantallas que se pliegan gracias a una bisagra. Un terminal que, replegado, se convertiria en tablet de 7 pulgadas. Y la pantalla, repetimos, sería flexible, conformando un cuerpo de una sola pieza. La pantalla podríamos doblarla gracias a un mecanismo separable que podríamos ajustar en cualquier lugar de la misma.
La pantalla, ayudada por el mecanismo que consistiría en dos piezas rígidas unidas por una bisagra flexible, se cerraría gracias a la fuerza magnética, quedando ambas partes del cristal enfrentadas hacia dentro. Uno de los retos para los diseñadores de Samsung es liberar a esta bisagra de su forma dentada, para que no cayeran en su interior restos de suciedad ni otros objetos extraños que pudiesen alterar su bien funcionamiento.