Acabas de seleccionar tu compra online, has introducido tu número de tarjeta y estás a punto de pagar. Pero la página web te pide algo más. Un tal código CVV, y no tienes ni idea de lo que es. Si tienes suerte, estarás en uno de los muchos comercios electrónicos que, al menos, te indican dónde puedes encontrar esta clave. Pero, ¿qué es el código CVV?
Se trata de una numeración de seguridad para transacciones en las que no se use la tarjeta físicamente. Por lo tanto, es un código que tendrás que usar cada vez que compres por internet. Su función es simple: evitar que alguien que se haga con el número de tu tarjeta de crédito o débito pueda usarla.
Normalmente podrás encontrarlo en la parte trasera de cualquier tarjeta de crédito o débito. Es una cifra compuesta de tres o cuatro dígitos separada del número de identificación del plástico y que se localiza, generalmente, dentro de la franja de la firma. No obstante, hay excepciones, como las American Express, que tienen su código CVV en la parte delantera. Su particularidad radica en que sólo aparece en la tarjeta física, por lo que sólo el propietario tendrá acceso a él.
No obstante, con la llegada de la banca digital, hay bancos que ofrecen la posibilidad de consultarlo en su aplicación móvil. La lógica es la misma. Sólo el titular de la tarjeta, que tiene las claves de acceso a su cuenta, la firma digital y su número de teléfono móvil asociado a la cuenta, podrá acceder a él. Por lo general, todos los bancos envían un SMS con un código de validación al móvil del titular para poder acceder al código CVV.
¿Cómo protege tu tarjeta el código CVV?
Su efectividad como medida de seguridad radica en que sólo el usuario puede acceder a él. Tanto en la tarjeta como en la aplicación del banco, el titular es el único que puede visualizarlo libremente. A menos que se lo diga a otra persona o alguien lo vea en un descuido, el propietario es el único que sabrá la combinación de dígitos. De este modo, si alguien intercepta el número de identificación de la tarjeta no podrá usarlo para sustraer su dinero. Es, en definitiva, una forma de saber que el comprador tiene el plástico en su poder.
Pero nada de esto sería de utilidad si la empresa vendedora no cumpliese también con su parte. En principio, los comercios electrónicos no pueden almacenar el código CVV. De esta forma, ni tan siquiera los empleados pueden acceder a esta información. No obstante, hay tiendas online que, para facilitar la compra rápida, guardan todos los datos de la tarjeta, incluido el código CVV.
En este caso entran en juego los sistemas de seguridad de la web. Todos los comercios electrónicos deben tener una capa de puertos seguros, que encripta los datos de navegación. Esta tecnología protege todos los datos que se faciliten al sitio web a la hora de comprar. Así, se sigue la misma lógica que con la banca digital. Es decir, aunque los datos estén registrados, sólo el usuario, que conoce su contraseña, puede acceder a ellos. Para asegurarte de que tu conexión está protegida, comprueba que en la caja de la URL, en la parte izquierda, hay una barra verde que especifica ”˜Es seguro”™.
Por estos motivos, nunca debes facilitar el código CVV a menos que te encuentres en un entorno web protegido. Como en el caso de los comercios electrónicos con capas de puertos seguros. Y nunca proporcionarlo a un particular. Es importante recordar, para evitar estafas, que tu entidad bancaria nunca te pedirá estos dígitos.
¿Y si te roban la tarjeta de crédito?
La sustracción física de la tarjeta de crédito puede comprometer este método de seguridad. Por lo tanto, lo primero que debes hacer cuando te la roben o la hayas perdido es anularla. Una vez hayas hecho esto, no debes preocuparte más. La razón es que, pese a que el ladrón tenga el número de identificación del plástico, el código CVV no es fijo, sino que cambia con cada nueva tarjeta. De este modo, la seguridad de tu dinero no se verá nunca expuesta.
¿Cómo consultar el código CVV por internet?
Es importante que tengas en cuenta que no todos los bancos ofrecen esta posibilidad. En ING Direct, por ejemplo, sólo podrás consultarlo si tienes la tarjeta a mano. No obstante, la mayor parte de la banca española ofrece la posibilidad de consultar el código CVV de forma telemática.
Si eres cliente del Banco Santander, podrás visualizarla a través de su aplicación móvil. Para ello debes acceder a ”˜Mis productos”™, pinchar en ”˜Tarjetas”™ y, finalmente, en ”˜Consultar CVV”™. Para poder visualizar el código CVV tendrás que superar una serie de protocolos de seguridad, que incluyen la introducción de la clave de acceso al servicio y tu firma electrónica. Esta opción es exclusiva para su app, no podrás consultarlo desde el navegador de tu ordenador.
En el BBVA podrás consultarlo tanto en el navegador como en la aplicación móvil. Para visualizarlo en la web, ve a ”˜Cuentas y Tarjetas”™ y pasa el cursor sobre la tarjeta. Entonces aparecerá el mensaje ”˜haz clic en la tarjeta para ver el código CVV”™ y, después, ”˜Ver CVV”™. Entonces el banco enviará un SMS al móvil del titular de la tarjeta con la clave de confirmación. Tras introducirlo, podrás ver todos los datos de tu tarjeta en la pantalla de tu ordenador. En la app el proceso es parecido. Busca tu tarjeta en la parte inferior de la pantalla principal, en el apartado ”˜Tarjetas”™, pincha en la imagen y deslizas con el dedo para ver la clave de seguridad. Del mismo modo, te llegará un SMS con el código para poder visualizarlo.
Bankia es otro de los bancos que sólo permite visualizar el código CVV a través de su aplicación. Para ello el cliente tendrá que descargar Bankia Wallet, introducir sus claves y pinchar sobre la tarjeta que desee consultar. Entonces recibirá un SMS con un código que le permitirá acceder a todos sus datos.
La Caixa, por su parte, ofrece también la posibilidad de consultarlo a través de su aplicación. Para ello debes ir al apartado “Mis tarjetas” del menú principal, pulsas sobre la tarjeta que desees consultar, la deslizas hacia la izquierda con el dedo y esperas a recibir el código SMS de verificación.
