Una de las profesiones con más futuro del momento es la de los expertos en ciberseguridad. Las empresas se enfrentan a una nueva era de ciberataques (no hay más que acordarse de WannaCry y todos sus sucedáneos). Y lo cierto es que no contar con un equipo de expertos dedicados justamente a proteger a la empresa y sus datos, puede salirles muy caro.
Lo mismo con las organizaciones públicas. Los secuestros informáticos o ataques de ransomware pueden echar al traste cualquier sistema. La cosa puede agravarse todavía más si el ataque se lleva a cabo sobre un hospital o entramado sanitario.
Los ciberataques pueden salir más caros que los desastres naturales. Así lo indica un informe publicado por la aseguradora londinense Lloyd’s. La firma, que es especialista, asegura que las pérdidas económicas vinculadas a las amenazas cibernéticas en Estados Unidos pueden llegar a los 121.000 millones de dólares.
Los ciberataques pueden salir más caros que los huracanes
El mercado de los seguros cibernéticos está experimentando un crecimiento exponencial. Pero las pérdidas también están siendo muy importantes. En 2016, por ejemplo, se calcula que los ataques cibernéticos costaron a las empresas la friolera de 450.000 millones de dólares al año en todo el mundo.
Pero, ¿con qué pueden compararse esas cifras? Aunque parezca mentira, los desastres naturales no son tan costosos como pueden serlo los ataques cibernéticos. Según este mismo informe de Lloyd’s, el devastador huracán Katrina causó unos 108.000 millones de dólares en daños. Este fue, si lo recuerdas, el huracán más costoso de la historia de Estados Unidos.
De momento no hay precedentes que puedan indicarnos cuánto costaría un ataque de servicio en la nube. Las estimaciones son de 50.000 millones de dólares para unos cuantos días. Aunque por ahora – y por suerte – no hay precedentes en este país.
Pero, ¿qué ocurriría si se perdiera el servicio durante más de una semana? Pues bien, la respuesta está en Somalia. Hace poco, un barco destrozó un cable primario de la costa de Somalia. Esto hizo que el país estuviera sin acceso a Internet durante tres semanas. ¿El resultado? Pérdidas económicas por valor de 10 millones de dólares diarios.
Las consecuencias no serían solamente económicas
Pero el problema tuvo un alcance mucho más amplio, que no se limitó exclusivamente a las pérdidas económicas. Los viajeros tuvieron que quedarse en Somalia, los médicos no podían acceder a los archivos y registros médicos y un buen número de personas no pudieron ir a trabajar.
Si esto sucediera en Estados Unidos, está claro que las pérdidas, tanto económicas como sociales y seguramente humanas, serían las más graves de cualquier otro desastre que haya podido producirse en toda su historia.
De ahí que sea tan importante contar con buenos expertos en ciberseguridad. Aquí y en los gobiernos de todo el mundo. WannaCry, por ejemplo, costó miles de millones en todo el mundo.
Lo más grave de todo es que las amenazas cibernéticas van en aumento. Predecir el impacto que podría tener un ataque de gran envergadura no es una ciencia exacta, pero es evidente que las pérdidas serían enormes.
Con la digitalización de todos los procesos (en las cadenas de suministro, las transacciones comerciales, la gestión médica o los servicios de atención al cliente) nuestra dependencia a las herramientas y servicios cibernéticos es absoluta. Incluso para disponer de bienes tan básicos como el agua o la electricidad.