Los drones se han convertido en una herramienta genial para determinadas tareas. Nos permiten ver a vista de pájaro muchas cosas. De hecho, ya se han convertido en herramientas imprescindibles para realizar grabaciones en eventos, participar en rescates e incluso cumplir tareas de seguridad y vigilancia.
Sin embargo, los drones también puede constituir un problema de seguridad grave. Y las cárceles de todo el mundo bien lo saben. En muchas ocasiones ya se han usado para transportar drogas y hacer todo tipo de contrabando.
De ahí que los organismos de seguridad estén estudiando mecanismos para evitar estos peligros voladores. La pequeña cárcel de Les Nicolles Prison en Gernsey (Islas de Canal) tan solo tiene una capacidad para 139 presos. Sin embargo, será la primera del mundo que estará a prueba de drones.
La primera prisión en protegerse de los drones
La barrera no es física. En absoluto. Se trata de una valla anti drones que en realidad es invisible, pero que es capaz de bloquear las señales piloto. Así evita que los drones pasen por encima del umbral prohibido.
Para conseguirlo, en la cárcel han trabajado de manera conjunta con dos compañías de origen británico. Son Drone Defense y Eclipse Digital Solutions.
Alrededor del perímetro de la cárcel se han instalado unos 20 disruptores para crear un pared de 600 metros. De esta manera, quieren asegurarse de que los drones no pasarán. Y se evitarán entregas no deseadas.
Si quieres ver cómo funciona esta tecnología, echa un vistazo al vídeo que tienes más arriba.