Las emisiones de coches diésel provocaron hasta 38.000 muertes prematuras en 2015. Es lo que revela un estudio publicado en la revista Nature. En este se examina la falta de rigor existente en el control de emisiones de los coches.
Desde que se destapó el escándalo de Vokswagen, todos los fabricantes han sido puestos bajo la lupa. Si lo recuerdas, la compañía trucó sus coches para evitar los límites de las emisiones.
No en vano, tanto reguladores como fabricantes saben que las emisiones que se producirán en la tabla de pruebas poco tendrán que ver con los efectos de los vehículos en la vida real.
También se sabe que las pruebas de laboratorio están diseñadas de manera que los fabricantes puedan pasarlas sin problemas. El estudio que hoy examinamos nos indica que estas prácticas tan laxas en la regulación han podido repercutir en las miles de muertes prematuras.
Todo debido al exceso de partículas (NOx) y a las emisiones al ozono de los vehículos que funcionan con combustible diésel.
¿Cómo se comprueban las emisiones de coches?
Las pruebas que se realizan, por lo menos en Estados Unidos, se formalizan en tres fases. La prueba suele durar 31 minutos. El motor se conecta a un dinamómetro y todo esto ocurre en laboratorio. Y en unas condiciones que poco tienen que ver con lo que sucederá en la vida real. Y con un conductor «normal» al volante.
Los responsables de la prueba estudian cuáles son las emisiones de un arranque en frío. O cuando el coche está funcionando. También se examina lo que ocurre cuando se realiza un arranque en caliente.
El medio Ars ha consultado a un investigador de la Universidad de Denver (Colorado) sobre los tests de emisiones que se realizan con los vehículos. Según este profesional, los fabricantes de automóviles conocen perfectamente y con antelación las pruebas que se realizarán sobre sus vehículos.
De hecho, incluso llegan a contratar conductores. Buscan profesionales para llevar los vehículos de una manera más eficiente. Mucho más que cualquier conductor, como tú o como yo.
De este modo, se aseguran de que las emisiones estén dentro de los parámetros aceptables. Muy a pesar de que sepan a ciencia cierta que una vez saldrán a la carretera, esas emisiones serán muy diferentes. Y claro está, mucho más elevadas.
Más de 38.000 muertes prematuras
El estudio publicado en la revista Nature ha examinado a un total de 11 países que representan el 80% de los vehículos que se venden en el mundo. Y los resultados son escalofriantes. Un tercio de las emisiones de vehículos pesados diésel y más de la mitad de los vehículos ligeros superan los límites marcados por las autoridades.
Los motores diésel contaminan en exceso. Tanto es así, que según estos investigadores, nuestro aire está contaminado por un exceso de nada más y nada menos 4,6 millones de toneladas de óxidos de nitrógeno.
Las emisiones excesivas habrían podido matar a 38.000 personas. No hay que perder de vista que estos elementos son cancerígenos y pueden provocar dolencias de carácter respiratorio en mayores y niños. Lo que más debería preocuparnos es que la mayor parte de estas emisiones excesivas se producen en Europa.
Los investigadores consideran que estas emisiones causaron 11.500 muertes en Europa, 10.600 en China, 9.300 en India y 1.100 en Estados Unidos.
¿Y cómo puede solventarse este problema? Los científicos explican que deberían adoptarse nuevos estándares más exigentes. La normativa que se aplica en Europa es la Euro 6/VI, pero si se produjeran más restricciones sería posible evitar las emisiones. De lo contrario, se espera que en 2014 la cifra de muertes prematuras por contaminación se eleve a 174.000.