Desconexión digital, ¿habrá vida fuera del trabajo?

¿Cuántas horas pasas conectado a tu móvil? ¿Apagas el teléfono del trabajo en algún momento del dí­a? ¿O eres de los que están conectados a todas horas, incluso en vacaciones? El Ministerio de Empleo y Seguridad Social (en España, sí­) está estudiando la posibilidad de reconocer a los trabajadores el derecho a la «desconexión digital» al terminar su jornada laboral.

Todo ha ocurrido así­ porque en Francia ya ha pasado. Desde enero de este año, nuestros vecinos los franceses tienen reconocido el derecho de apagar móviles y tabletas cuando salen del trabajo.

De momento no se han estudiado medidas concretas, dice el Ejecutivo, ni tampoco está claro de qué manera o si finalmente se sancionará a las empresas que incumplan este derecho.

Hay que indicar, sin embargo, que el grupo En Comú, dentro de la coalición parlamentaria de Unidos Podemos, ya presentó una iniciativa que atacaba este frente. En esta se hablaba del derecho de los trabajadores a poder apagar el teléfono al salir del trabajo y a no estar obligados a responder correos.

desconectar trabajo móvil

¿Habrá vida fuera del trabajo?

La puesta en marcha de esta iniciativa de desconexión digital está todaví­a lejos de abrazar la realidad. Pero por algo se empieza. Según los últimos datos de Eurostat, los españoles trabajamos de media unas 41,4 horas semanales. Pero esa cifra incluye las horas retribuidas, pero no las demás.

Responder correos mientras esperamos el autobús de vuelta a casa o chatear con un colaborador antes de ponernos con la cena. Planificar unas tareas mientras los peques se bañan o terminar un informe a altas horas de la noche, mientras colaboras con otro compañero en un Drive.

Ese es el tiempo que pasamos fuera de la oficina, que no forma parte de nuestra jornada laboral, pero que sin embargo nos mantiene conectados al trabajo. De alguna manera, los smartphones nos han hecho esclavos de las relaciones sociales, pero también de las laborales.

Tres de cada diez empleados españoles aseguran, según Randstad, que no pueden desconectar en vacaciones. Así­, mientras guardan sitio en la playa aprovechan para responder mensajes o para controlar que todo va bien, al mismo tiempo que piden un refresco en el chiringuito.

Lamentablemente, el trabajo no nos deja en paz en nuestro tiempo libre. Y seguimos dedicando horas y más horas a él aunque no estemos en la oficina. Los españoles dicen que dedican gran parte de su tiempo personal a hacer cosas relacionadas con el trabajo. Así­ desconectar es imposible.

Nadie deberí­a obligarte a seguir trabajando después de tu jornada

La legislación actual no contempla que sigas trabajando después de haber salido por la puerta de tu oficina. Según los expertos, es muy posible que algunas empresas se adelanten a la hora de ayudar a los trabajadores. Se trata de que aprendan a separar su vida personal de la profesional.

Sin embargo, es evidente que algunos abusan de la entrega de sus empleados. Y ahí­ hay que saber parar. Como empleados no tenemos la obligación de responder a nuestro jefe, ni de atender cualquier asunto relacionado con el trabajo fuera de nuestra jornada laboral.  Tampoco tendrí­amos porque hacerlo en vacaciones. ¿Esto qué significa? Pues que por esta razón nadie debe obligarnos a responder mensajes de correo electrónico.

Los sindicatos también son tajantes en este sentido. Dicen que es importante que los trabajadores sepan exactamente cuál es su jornada de trabajo y qué horas deben estar a disposición de la empresa.

Los whatsApps, los mensajes de correo electrónico y las llamadas fuera de la jornada laboral pueden ser considerados una grave vulneración de un derecho fundamental. Y ese sí­ serí­a un importante motivo de sanción al empresario.

Lamentablemente, la presión y las condiciones laborales de cada empresa pueden situar a los empleados en una posición de vulnerabilidad. Estos podrí­an verse obligados a «seguir trabajando» cuando ya no les toca y a seguir atentos al teléfono con tal de no perder el empleo.

workaholic adicto al trabajo

Los trabajólicos o workaholics

Son como alcohólicos del trabajo. Están conectados las 24 horas del dí­a, pero no porque nadie les obligue. Son adictos al trabajo y se refugian en él, porque es más importante que cualquier otro asunto de su vida: la familia, los amigos o el tiempo de ocio.

Si trabajan todo el dí­a sus jefes no les dirán nada, a no ser que también estén preocupados por la salud de su empleado. Sin embargo, a veces se sienten presionados, porque creen que tienen que dar la talla o porque consideran que sin ellos, el negocio se hundirá.

La mayorí­a de veces se llevan el trabajo a casa, aunque nadie les obligue, y siguen atendiendo las llamadas y los mensajes sin importar la hora. Para ellos la legislación podrí­a convertirse en una excelente oportunidad para abrir los ojos y empezar a desconectar. Deben comprender que, sí­, hay vida (y mucha) más allá del trabajo.

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