Hasta ahora, cuando oímos hablar de reconocimiento facial pensamos en nuevas tecnologías para móviles. De hecho, de un tiempo a esta parte ya podemos identificarnos con nuestra huella dactilar. De hecho, los móviles también pueden saber que somos sus propietarios leyéndonos el iris del ojo.
Pero las tecnologías de reconocimiento facial tienen mucho más recorrido. También científico. Un equipo del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano (NHGRI) en Bethesda, Maryland (Estados Unidos) ha encontrado una nueva manera de usar y sacar provecho al reconocimiento facial. En este caso no se trata de verificar la identidad de nadie, sino de diagnosticar enfermedades.
En concreto, el sistema ideado por estos científicos puede descubrir una enfermedad genética llamada síndrome de DiGeorge, detectada en zonas no caucásicas.
El reconocimiento facial ayudará a diagnosticar el síndrome de DiGeorge
El síndrome está originado por la supresión de un pequeño segmento en el cromosoma 22. Esto puede derivar en toda una serie de complicaciones médicas y diferentes problemas cognitivos cuyo diagnóstico es bastante complicado.
Además, las personas que padecen esta enfermedad de origen genético tienen un aspecto facial característico. Es por esto que las tecnologías de reconocimiento facial serían tan útiles.
Paul Kruszka, genetista del equipo que ha dado con este avance, ha explicado que la medicina tiene serios problemas para diagnosticar determinadas enfermedades en según que partes del mundo.
Así, en poblaciones no europeas se hace difícil diagnosticar determinados síndromes genéticos. En esta ocasión, usando el reconocimiento facial, el equipo ha estudiado las fotografías de un total de 101 participantes con esta enfermedad en ífrica, Asia y América Latina.
A continuación, el sistema fue capaz de diagnosticar correctamente este problema en un 96,6% de los casos. El equipo ha explicado que este sistema también puede ayudar a diagnosticar el síndrome de Down.