Una hermosa imagen de Jane Goodall de joven, alimentando a un chimpancé. Foto: National Geographic
En el Día Internacional de la Mujer conviene hacer memoria. Y es que en la historia de la ciencia (y lamentablemente en muchos otros campos), la visibilidad y el reconocimiento de las mujeres han sido prácticamente nulos. Cuando pensamos en todas aquellas personas que han sido clave para el desarrollo de la ciencia en el mundo, los nombres que nos vienen a la cabeza son básicamente de hombres.
Isaac Newton, Albert Einstein, Charles Darwin… Pero, ¿qué hay de ellas? Las mujeres han sido y son vitales en el mundo de las ciencia. Como los hombres, han tenido un papel fundamental en descubrimientos científicos importantísimos para la humanidad.
Hoy queremos hacer un homenaje a cinco mujeres que fueron imprescindibles y pioneras en el desarrollo de la ciencia. ¿Quieres conocerlas?
1. Primeras lecciones de matemáticas: Hipatia de Alejandría
Aunque a la Historia le haya costado recordarlo, las mujeres han estado ahí desde el principio. Ellas son, de hecho, la fuente que da vida. Hipatia de Alejandría ( 355 o 370”“ marzo de 415 o 416) fue pionera en el desarrollo de las matemáticas y considerada la primera científica de la historia. Educada para el amor a la astronomía, la ciencia y las matemáticas, Hipatia hizo grandes aportaciones a través de sus libros.
Se considera autora de trece volúmenes de Comentarios al álgebra de Diofanto y del Canon Astronómico. Editó el tercer libro que hizo su padre, Theos, que son los Comentarios al Almagesto de Ptolomeo. Lamentablemente, sus trabajos científicos se perdieron, pero quedan referencias en las cartas de Sinesio de Cirene, uno de sus discípulos. En estos documentos se explica que Hipatia también construyó un astrolabio, un hidroscopio y un hidrómetro graduado de latón.
Hipatia fue vilmente asesinada por fanáticos cristianos y violentos. Crítica con los abusos del poder religioso, la científica fue desnudada, golpeada con piedras y descuartizada. Sus restos fueron paseados como triunfo por toda la ciudad de Alejandría.
2. Los genes saltarines: Barbara McClintock
Damos un salto de varios siglos para encontrarnos con la científica de los genes saltarines. Se llamaba Barbara McClintock (Hartford, 1902 – Huntington, 1992), nacida en Estados Unidos, se especializó en citogenética y en 1983 recibió el Premio Nobel de Medicina o Fisiología. Tenía, lo que ella llamaba «capacidad de estar sola» y se desenvolvía de manera independiente por la vida, algo que seguramente ayudó a que mostrara interés por cosas tan interesantes como la ciencia.
Ella fue quien descubrió un concepto esencial en la genética actual: la capacidad que tienen los genes de saltar entre diferentes cromosomas. Qué casualidad que al principio no fue tomada en serio, pero su teoría – absolutamente adelantada a su época – la hizo merecedora del Premio Nobel y del reconocimiento de toda la comunidad científica.
3. La fisión nuclear: Lise Meitner
Y aquí tenéis a Lise Meitner (Viena, 1878 – Cambridge, 1968), una científica cuya aportación no fue reconocida en su momento. O no lo suficiente, porque formó parte esencial del equipo que descubrió la fisión nuclear. Es, de hecho, una de las mayores representantes de ese colectivo de científicas (mujeres) que pasaron por alto del comité científico de los Premios Nobel.
Así, no fue premiada por su descubrimiento. En su lugar lo fue Otto Hahn, su compañero masculino, el encargado de recibir el galardón. Por lo menos, el elemento 109, meitnerio fue nombrado así en su honor.
4. Estructura del ADN: Rosalind Elsie Franklin
Comprender la estructura del ADN fue un poco más fácil gracias a Rosalind Elsie Franklin (Notting Hill, 1920 -Chelsea, 1958). Trabajó en los campos de la biofísica y la cristalografía y tuvo un papel fundamental en la descomposición de la estructura del ADN.
Una de sus mayores contribuciones fue la observación de la estructura del ADN a través de imágenes capturadas con Rayos X. Sin embargo, su trabajo no fue reconocido. El Premio Nobel de Medicina por descubrir la estructura de la molécula de ADN se lo llevaron, en su lugar, James Dewey Watson (archiconocido por sus declaraciones homofóbicas y racistas) y Francis Crick.
Según este último, los datos y resultados de la investigación personal de Rosalind fueron clave para determinar el modelo de la doble hélice del ADN en 1953. Watson no pudo hacer otra cosa sino confirmarlo, pero eso fue en el año 2000. La científica falleció de manera prematura en 1958, a los 38 años de edad, víctima de diferentes tumores, tanto en el estómago como en los ovarios. Se piensa que su exposición continuada a los Rayos X por motivo de su trabajo pudo tener un papel determinante para desarrollar la enfermedad.
5. El comportamiento de los chimpancés: Jane Goodall
Es la mayor experta en chimpancés que tenemos en el mundo. La habrás reconocido enseguida. Es Jane Goodall (Londres, 1934) una científica que se ha hecho con el reconocimiento de la comunidad internacional por sus importantes hallazgos acerca de los chimpancés.
Para empezar, ha desterrado dos creencias muy extendidas: la primera, que los seres humanos son la única especie capaz de crear y usar herramientas; y la segunda, que los chimpancés eran vegetarianos. En su observación detectó personalidad, emociones de alegría y tristeza y pensamientos racionales en los primates.
Con una esperanza de vida de más de 50 años, pues, los chimpancés tienen comportamientos muy similares a los de los humanos: en sus relaciones afectivas, pero también en el tipo de vínculos de apoyo que tejen en sus comunidades, entre semejantes.
Por suerte, las aportaciones de Jane Goodall están siendo reconocidas por la comunidad internacional en vida. A la admiración por su trabajo, respetuoso y amoroso para con los chimpancés, hay que añadir su lucha activista. En 2003 fue galardonada en nuestro país con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.
Os dejamos con una de las imágenes más emocionantes de Jane. Disfrutadla en su Día. El Día de la Mujer. El Día de Todas.
