Este año se cumplen 10 años del lanzamiento del primer iPhone, así que todos los rumores apuntan a que Apple lo celebrará a lo grande. Y celebrarlo a lo grande significa presentar un dispositivo especial, que podría ser bautizado como iPhone 8.
Aunque todavía faltan algunos meses para que se produzca el lanzamiento oficial, en las últimas semanas se han filtrado infinidad de rumores relacionados con su ficha técnica. Hoy tenemos sobre la mesa otro dato importante. Y es que Apple podría abandonar el sensor Touch ID para dejar paso, según los analistas de JPMorgan, a un escáner 3D con láser de reconocimiento facial. Esto podría significar, además, la desaparición del sistema de identificación de huellas dactilares, lo que tendría sentido si prestamos atención a los rumores que nos hablan sobre la desaparición del botón físico: ese espacio en el que normalmente se encuentran alojados los escáneres de huellas.
Sea como sea, lo fans de este mecanismo de identificación deben tener claro que todavía estamos en una prematura fase de rumores y que algunos de los expertos que pronostican la llegada de este sistema de reconocimiento facial, también consideran la posibilidad de que ambas herramientas funcionen integradas sin problemas en el mismo teléfono.
Para los consultores de JPMorgan el escáner facial 3D será un sistema de identificación más seguro que la herramienta TouchID y mucho más cómodo. No hay que perder de vista que el sensor no es del todo estable. Puede dejar de funcionar, por ejemplo, en condiciones de humedad.
Pero esto no es todo, porque la integración de este sensor podría ser crucial para la entrada de Apple en el mundo de la realidad aumentada (AR) y virtual (VR). No obstante, la de Cupertino todavía está muy verde en este sentido y lo más probable es que los primeros productos no se den a conocer hasta bien entrado 2018.
Según los rumores, el próximo iPhone 8 llegará junto con los dos sucesores directos de los iPhone 7 y iPhone 7 Plus actuales. Serán los iPhone 7s y iPhone 7s Plus. El dispositivo estrella, sin embargo, podría presentarse equipado con una novedosa pantalla de 5,8 pulgadas, funcionando a través de la tecnología OLED, en lugar de la clásica LCD. Para la fabricación de la pantalla, Apple habría solicitado a Samsung la friolera de 160 millones de paneles OLED, lo que cubriría el 80% de los iPhone que suele vender al año.
Se espera, por otra parte, que el nuevo iPhone 8 también cuente con una batería más potente, pasando de los 1.960 miliamperios a los 2.700. Según los informes publicados hasta la fecha, esta podría ofrecer un 38% más de capacidad con respecto a la que encontrábamos integrada en el modelo anterior.
Pero no todo son buenas noticias. La fabricación de las famosas pantallas OLED es mucho más costosa que las tradicionales LCD. Pero esto no es todo. La integración de esta batería, cuyo montaje sería distinto al de los iPhone 7s y iPhone 7s Plus, también sería más cara. Esto podría hacer encarecer el precio de la fabricación y por supuesto, del iPhone 8 en el mercado, pudiendo incluso superar los 1.000 euros.