El veterano fabricante británico Tannoy (ha cumplido 90 años) es capaz de ofrecer productos de muy alta gama, pero también de estar a la última con altavoces como su competitiva serie Mercury, una gama que cuenta con una larga tradición. El modelo más actual de la familia es esta caja compacta o “monitor”, la Mercury 7.2, disponible por 389 euros. Tiene una hermana pequeña, la Mercury 7.1, cuyo precio es de 299 euros.
Detalles
Ambas cajas comparten una estética moderna y llamativa usando como motivo decorativo los tornillos que fijan sus dos altavoces al frontal. En ambos casos se trata de cajas con diseño bass-reflex, con salida trasera, y de dos vías. Las dos Mercury compactas usan para reproducir las altas frecuencias un tweeter de cúpula de fibras entrelazadas de poliéster, con revestimiento externo de nitro-uretano, cuya bobina es excitada por un imán de neodimio de alta potencia.
Los altavoces de medios sí cambian de una a otra, aunque en ambos casos usan la misma tecnología: el cono sigue la tradicional receta del papel, reforzado con una laca y fibras de varios tipos. Tannoy lleva mucho tiempo diseñando altavoces y sigue creyendo en el papel como la mejor materia para que el altavoz ofrezca un sonido con cuerpo y un timbre real, agradable al oído. En la Mercury 7.1 este altavoz tiene un diámetro de 127 milímetros, mientras que en la algo más grande Mercury 7.2 monta uno de 152 mm.
Medidas
Las dimensiones de las cajas son compactas, más en el caso de la Mercury pequeña (7.1): 160 x 270 x 195 mm (Ancho x Alto x Profundo) con un peso por caja de 2,7 kg. Más grande es la Mercury 7.2, pues alcanza los 193 x 292 x 266 mm para pesar casi el doble, 5 kg por caja.
Con el tamaño se gana en capacidad de graves y sensibilidad, es decir lo fácil que será amplificar la caja y cuántos decibelios podrá producir con la misma potencia; a partir de unos 20 W y hasta 100 W es lo recomendado, lógicamente dependerá del tamaño de la habitación o sala. Tannoy declara para la Mercury 7.1 una sensibilidad de 87 dB/W/m y una frecuencia mínima de 53 Hz, que son medidas destacables para un monitor tan compacto. La Mercury 7.2 sube esas cifras a 89 dB/W/m de sensibilidad y 42 Hz, una capacidad en grave poco común en altavoces de estantería.
Tengamos siempre presente que este tipo de cajas acústicas, pese al nombre de “altavoz de estantería”, rinden de verdad todas sus posibilidades en un buen equipo estéreo cuando están instaladas sobre pies dedicados y alejados de la pared trasera. Es, pues, una estantería un (muy) mal lugar para colocarlos, aunque en este caso el puerto réflex trasero cuenta con un diseño anti-turbulencia que ayudará a minimizar ese efecto a poco que dejemos unos buenos centímetros de espacio por detrás suyo (no menos de 10).
Familia completa
Es destacable la calidad de acabados y materiales de estas cajas, algo por lo que destacan de sus competidoras. Y no sólo exteriormente, la parte eléctrica es importante: los componentes del filtro (donde las frecuencias se reparten entre los dos altavoces), los bornes o el cableado interior.
La familia Mercury se completa con un altavoz de columna (el Mercury 7.4) y otro horizontal para usarlo en el canal central de un equipo de cine en casa (Mercury 7C), como es habitual en los fabricantes que ofrecen esta opción para poder montar un sistema de ese tipo con todos los altavoces del mismo origen, lo que asegura una coherencia tímbrica adecuada.
Buenos días
Estoy interesado en el tannoy mercury 7c en nogal
Donde lo puedo conseguir
Gracias