Donald J. Trump, el nuevo presidente de los Estados Unidos, está determinado a borrar del mapa la herencia de Barack Obama en la Casa Blanca. Si lo primero que hizo fue atacar a su plan de sanidad, ahora podría dirigirse hacia otra decisión clave de su administración, el establecimiento de la neutralidad en la red. En febrero de 2015, tras una batalla cruenta, el FCC, Federal Communications Commission (Comisión Federal de Comunicaciones) consiguió establecer la neutralidad en la red para todo el país. Por aquel entonces, su presidente era Tom Wheeler, nombrado por Barack Obama.
Ahora, con el cambio de administración, la cabeza de Wheeler es una de las que ha rodado, siendo sustituido por Ajit Pai, un ex miembro de dicha Comisión quien, en su momento, se opuso ferozmente a esta medida. Ayer lunes informó vía Twitter de que Donald Trump había realizado el nombramiento.
El mes pasado, tal vez previendo la decisión del presidente Trump, Pai escribió una carta a miembros del lobby de las operadoras de Internet informando que tenía pensado revisar ese asunto «cuanto antes». No queda duda que el nombramiento no es casual, y que en los próximos meses se va a destapar un tema que ya parecía zanjado, recuperando la polémica.
Pero, ¿Qué es la neutralidad en la red?
Algunos de los que hayáis estado leyendo esta noticia hasta ahora puede que vayáis un poco perdidos, por eso vamos a hacer un pequeño alto para explicar en qué consiste el concepto de la» neutralidad en la red«. Acuñado en 2003 en EEUU, este concepto hace referencia a la posibilidad de acceder de igual manera a todo tipo de contenidos en la red, teniendo la misma prioridad la entrada en una página que la visualización de un vídeo, tanto una web de noticias como una red social. La creación de este concepto va dirigido sobre todo a las operadoras, para que ofrezcan la misma intensidad de conexión, sin importar el uso que le dé el internauta.
¿Qué pasa si no se respeta?
En un caso extremo, una operadora podría ofrecer un servicio básico de conexión a Internet, y luego exigir un pago extra para acceder a cierto tipo de servicios, como Gmail, Netflix o Amazon. Ese pago se podría demandar al usuario, o a los dueños de esos servicios. De no producirse, la operadora bloquearía la conexión hacia esos servicios para impedir operar con normalidad. Con una legislación que favorezca la neutralidad en la red, se podrían llevar a cabo acciones para evitar ese trato desigual.
En la UE existe un reglamento al respecto, aunque la implicación de los países miembros es desigual. En España, por ejemplo, se ha mantenido un silencio institucional generalizado frente a polémicas como la que se produjo entre Movistar y Netflix, donde la primera fue acusada por usuarios de afectar a la conexión de los usuarios de Netflix, para que la reproducción fuera lenta. ¿Con qué intención? Presuntamente, favorecer a su paquete de series, para el que no pondrían ningún problema de conexión.
Tras el nombramiento, EEUU y el mundo está ahora a la espera de ver cuáles son los próximos movimientos del nuevo presidente del FCC, y hasta qué punto se puede poner en peligro la neutralidad en la red. Os mantendremos informados.