Las páginas fraudulentas que estafan dinero por Internet son más comunes de lo que pensamos, y pueden engañar al más experto. Tal ha sido el caso de Josep Borrell, exministro del PSOE con Felipe González y exsecretario de Estado de Hacienda, quien el lunes denunció en Madrid haber sido víctima de una estafa por Intenet por la que habría perdido 150.000 euros.
La empresa en cuestión operaba bajo el nombre ConsortFX, y se dedicaba al ‘trading on line’, es decir, a la compra y venta express de acciones en Internet. En 2015, Josep Borrell les contactó al considerar su red legítima y con una imagen de funcionamiento normal. La empresa era supuestamente inglesa, con base en París desde la que contactaba con los clientes. Tras una primera inversión de 50.000 euros sin que se produjeran incidentes sospechosos, el exministro les contactaría posteriormente para ampliar su inversión en 100.000 euros más. Después de un tiempo operando con normalidad, la empresa dejó repentinamente de contestar llamadas y mails, y su página web desapareció. Alertado, Borrell contactó con los bancos en los que había hecho las operaciones de traspaso de dinero, pero le informaron que estas cuentas habían sido dadas de baja. Fue entonces cuando el político fue consciente de la trampa en la que había caído, y se dirigió a la comisaría a denunciar.
Un elaborado timo
La historia de ConsortFX es breve, apenas un año de vida, pero ocultaba una serie de timadores profesionales que consiguieron, como en el caso del exministro Borrell, hacerse con enormes cantidades de dinero que los clientes ingresaban voluntariamente, esperando conseguir un rendimiento con ello. Con una imagen web muy cuidada en la que supuestamente encontrábamos el respaldo de entidades como Commerzbank y Northwestern Bank, así como de las principales bolsas del mundo, Euronext, London Stock Exchange o NYSE, era así como captaba a sus víctimas. La falsa empresa se nutría teóricamente de un porcentaje de los beneficios de la venta y compra de acciones, y fingía normalidad en sus movimientos hasta que llegaba el momento de desaparecer con los ahorros de los desdichados inversores. Tras meses bajo sospecha, algunas entidades como el Regulador de los Mercados y Servicios Financieros de Bélgica o la Autoridad de los Mercados Financieros dieron la voz de alarma en relación a la falta de legitimidad de sus acciones, pero no se tomaron acciones de ningún tipo. No se sabe todavía el alcance de los daños más allá de lo denunciado, y los responsables todavía no han sido localizados.
La seguridad por Internet es vital, y más en casos en los que se mueva dinero. Toda medida es poca, y no sólo pasa por hacer más seguras las contraseñas de nuestros dispositivos, sino también por realizar una labor de investigación a la hora de invertir en Internet. Buscar referencias, consultar a clientes y denunciar a la mínima sospecha de que estamos ante un negocio fraudulento.