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Seguramente muchos usuarios todaví­a piensan que las conversaciones que se tienen en los diversos programas de mensajerí­a, ya sea escrita o por ví­deo, no salen de aquellas habitaciones donde se producen, pero lo cierto es que nuestra privacidad está más en entredicho de lo que nos gustarí­a, y de los desarrolladores depende que nuestra intimidad se preserve o que esté expuesta a la mirada de curiosos o ladrones. Ante una preocupación creciente por un problema que atañe a cientos de millones de usuarios, la organización Amnistí­a Internacional se ha dedicado a analizar las principales aplicaciones de mensajerí­a, y ha presentado un reporte  en el cuál se elabora un ranking de 11 aplicaciones, ordenadas en base al nivel de garantí­as que ofrecen en cuanto a la privacidad de sus conversaciones. ¿Y cuáles han sido sus resultados? A grandes rasgos, la conclusión es que las aplicaciones más seguras son WhatsApp y Facebook Messenger, y las menos seguras, Snapchat y Skype.

El encriptado de contenido, clave

A la hora de transmitir los datos de la conversación, esa información puede  viajar codificada o sin codificar. En el primer caso, la información sólo es intelegible para el receptor y el emisor en el preciso momento de la comunicación, ni los propios desarrolladores de la aplicación pueden acceder a ella, es lo que se llama el cifrado de extremo a extremo. Si esa codificación no se da, toda esa información está accesible dentro de la aplicación para terceras personas que puedan acceder a ella, ya sea hackers indiviuales o institutiones gubernamentales.  En la parte más alta del listado realizado por Amnistí­a Internacional se encuentran, compartiendo el primer puesto, Facebook y WhatsApp, al tener ambas un cifrado de extremo a extremo de sus conversaciones. Eso sí­, en el caso de la primera empresa, esa medida de seguridad exige la autorización del usuario y no se mantendrí­a en las versiones web, cosa que sí­ pasa con WhatsApp. Otras aplicaciones alabadas por su seguridad son iMessage de Apple o Telegram.

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Por otro lado tenemos la cola de la clasificación, en la que encontramos dos sorpresas. La primera y más chocante es la de Snapchat, la famosa aplicación de mensajerí­a a través de ví­deo y foto que causa furor y ha visto obligados a Twitter e Instagram a actualizarse con nuevas herramientas que compitan con esta dinámica red social. Más de 100 millones de usuarios publican diariamente contenido en ella sin ningún tipo de encriptación, con lo cual, toda esa información está desprotegida ante robos o simplemente ante una posible monitorización. Otra empresa que sorprende encontrar entre las menos rigurosas con el control de su contenido es Skype. La red, que vino a sustituir a Windows Messenger tras su compra por Microsoft, y que se encuentra en una etapa baja de popularidad, no cuenta  tampoco con ningún tipo de codificación de información, ni escrita ni para videollamada.

Amnistí­a Internacional ha advertido que la codificación del contenido es fundamental para garantizar tranquilidad y privacidad a los usuarios de estas redes, especialmente en aquellas aplicaciones que sean más populares entre los más jóvenes, y  en las que puedan estar publicando información intima de manera impulsiva sin ser conscientes de que tal vez pueda haber alguien más, visualizando, controlando.

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