Era cuestión de tiempo. Los drones han llegado a nuestra vida para quedarse, y también para participar activamente en ella. Ya no nos extraña ver sesiones de fotos en las que se usan estos aparatos, pero el siguiente paso ha sido su llegada al mundo del porno.
Si hace unos días escribíamos sobre el reconocimiento facial en el que trabajaba una página web, es decir, subíamos una foto de alguien y nos mostraba actores y actrices porno lo más parecidas posibles, ahora el siguiente paso es también a nivel tecnológico para evolucionar todavía más ese sector.
Antes de nada, hay que tener en cuenta que no podemos comprar un dron y volarlo donde nos de la gana. Es decir, si estamos un día paseando en ropa interior por nuestra casa, no puede aparecer un objeto de estos por la ventana para grabarnos por que sí. Hacen falta una serie de permisos y demás para poder usarlos a día de hoy. Justamente con esa idea nació la película de la que vamos a hablar a continuación.
Pero como queda claro que el riesgo está ahí, a alguien se le ha ocurrido mostrar qué pasaría si un dron nos grabase mientras estamos dándole rienda suelta a nuestra pasión. Así ha nacido la primera película porno realizada en la que se usa un dron para aportar una perspectiva totalmente diferente, a la que le han puesto de nombre ‘Drone Boning’.
El contenido artístico del porno, a cargo de un dron
Está claro que el uso del dron en una grabación de una película porno tiene como objetivo aportarle un contenido artístico mucho mayor. Las tomas aéreas que se pueden conseguir gracias a estos aparatos tendrán como consecuencia una película mucho más conceptual al usarlos en la grabación, ya que en muchas ocasiones.
De hecho, uno de los directores de ‘Drone Boning’ aseguró a Vice Italia que aunque empezaron con un proyecto divertido que hablaba de privacidad y voyeurismo, poco a poco se fue convirtiendo en algo «más conceptual».
La primera idea era centrar el trabajo en planos con un paisaje de ensueño, para grabar así a las parejas teniendo sexo en sitios idílicos. Por ejemplo, una pareja disfrutando en una playa de un atardecer de pasión o en las montañas. Gracias a las imágenes del dron, el momento será más mágico de lo que pueden ser simples primeros planos de la acción clásica de estas películas.
También tenían en mente los directores el hacer una grabación en un área urbana, en un área residencial, donde los drones pudiesen captar el momento in fraganti en el que una pareja mantiene relaciones sexuales en su jardín, pero finalmente decidieron descartar esta opción.
En la película, los drones graban a una distancia en la que no seremos capaces de identificar a los actores que están rodando en ese momento, ya que el objetivo es más poético que otra cosa. Es decir, dotarle de un punto más artístico a estas películas con imágenes que realmente son de difícil acceso para el resto del mundo.
En definitiva, se abre una nueva perspectiva en el mundo del porno gracias a la entrada de los drones en el sector.