Que levante la mano quien no tenga algún mueble de Ikea en su casa. Y en caso de que no lo tengas, seguro que has paseado alguna vez por sus pasillos siguiendo (o no) las flechas. O simplemente eres un fan más de sus famosas albóndigas. Sea como fuere, la marca ha sido noticia en los últimos días por una hilarante noticia en la que una de sus sillas es protagonista. La silla no puede ser más sencilla, un taburete con agujeros. Simple, fácil, así como suele ser Ikea.
En primer lugar, tenemos que situar la historia. Todo sucedió en Noruega, concretamente en casa de un hombre de 45 años llamado Claus Jí¸rstad. Y en esta era, las cosas surrealistas que te pasan trascienden mucho más allá de nuestro patio de luces. Es más, llegan muchísimo más lejos de nuestro vecindario gracias a las redes sociales. Mucho más si el protagonista es el encargado de contarlo y lo hace de una forma tan simpática como ha hecho el bueno de Claus.
Su mensaje se ha vuelto viral en Facebook después del modo en el que ha narrado su incidente con la silla de Ikea. Claus sufre una lesión de rodilla que le impide estar de pie en la ducha, con lo que fue hasta Ikea para comprar una silla para poder hacerlo sentado. Hasta aquí todo normal, de hecho, el que escribe también tiene una rodilla hecha añicos con lo que mi total solidaridad con este hombre noruego.
Pero el problema llegó cuando estaba en plena ducha, placentera, calentita y más en Noruega. Cuenta Claus que uno de sus testículos quedó atrapado en uno de los ocho agujeros de la silla de Ikea, con lo que ahí se encendieron todas las alarmas. Para ser más gráfico en su descripción -pero a la vez elegante-, define a su miembro viril como «el capitán y sus marineros». Así que si un marinero está pasando apuros, lógicamente hay que acudir al rescate.
Agrega Claus que uno de sus «marineros» se hinchó por el calor de la ducha, con lo que al levantarse y sentir un intenso dolor se dio cuenta de que se había quedado atrapado en el agujero. La solución, una ducha con agua fría para que el «marinero» atrapado perdiese volumen y así poder rescatarlo de forma satisfactoria en una misión que terminó con final feliz. Eso sí, para darle un toque más épico a la historia, le pregunta al final a Ikea si tienen la silla en color amarillo.
La respuesta de Ikea no se hizo esperar
Como no podía ser de otra forma, el mensaje de este hombre acumula infinidad de compartidos, de reacciones y comentarios. Ante tal viralidad, Ikea ha decidido responder al buen hombre.
Así es como en tono de humor, la empresa sueca lamenta el problema de Claus y le aconseja que lo mejor va a ser sacar la silla de la ducha y ponerle una planta encima para que sea meramente decorativa. Eso sí, añaden que la próxima vez que salga a navegar con su capitán y marineros debería ir con la ropa adecuada. Por último, comentan que la silla está disponible en rojo, negro o blanco.
Lógicamente, Claus quiso cerrar la respuesta con una imagen de la silla preparada para la siguiente ducha, sin flores encima.