Acaban de terminar los Juegos Olímpicos de 2016 en Rio de Janeiro (Brasil): un macroevento deportivo donde, además de poner a prueba la habilidad de los deportistas olímpicos, también se prueban avances tecnológicos importantes, aplicados a la competición deportiva. En el campo de los wearables, por ejemplo, merece la pena destacar un bañador inteligente desarrollado con un tejido que cambiaba de color, y que dio un efecto llamativo extra al equipo de natación sincronizada de Ucrania.
Un bañador inteligente que cambia de color
El equipo olímpico de natación sincronizada de Ucrania, que quedó en cuarto lugar en la prueba final de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, destacó no solo por el desempeño de sus participantes a nivel deportivo, sino por el llamativo efecto de los bañadores inteligentes que llevaban.
Estos trajes de baño, de tejido inteligente, podrían casi considerarse wearables tecnológicos, y se desarrollaron para que pudieran cambiar de color directamente al entrar en contacto con el agua.
El proyecto se ha llevado a cabo gracias al trabajo de la Unidad de Impresión Funcional del centro Tecnio Eurecat, que ha trabajado conjuntamente con el equipo de natación sincronizada de Ucrania para preparar un número especial centrado en el tema del ilusionismo. Y el efecto extra se ha conseguido gracias a la tecnología textil del centro tecnológico Eurecat, con el resultado final de bañadores que cambiaban de color al entrar en contacto con el agua.
Eurecat es un centro de investigación tecnológico situado en Cataluña y especializado en el desarrollo de tejidos inteligentes y wearables. En concreto, la Unidad de Impresión Funcional se encarga de dar funcionalidad a todo tipo de superficies gracias a tecnologías de impresión de dispositivos de capa fina, además de hibridación de electrónica en circuitos impresos. Los ingenieros de este equipo de trabajo se están especializando cada vez más en sensórica, fotónica impresa y electrónica impresa.
Más tecnología avanzada para los Juegos Olímpicos
Otra de las grandes maravillas tecnológicas aplicadas a los macroeventos deportivos es la cámara Scan O’ Vision de Omega, integrada en un complejo sistema de medición de tiempos que permite determinar con precisión de milésimas de segundo las salidas y llegadas a meta de los participantes en pruebas de atletismo.
Se trata, al fin y al cabo, de una necesidad fundamental en las pruebas de velocidad con distancias cortas, ya que en esos casos una diferencia de milésimas de segundo puede marcar la separación entre entrar al podio o quedarse fuera, o entre conseguir una plata o un oro.
Los deportistas olímpicos también han llamado la atención de muchos por utilizar inventos y aparatos tecnológicos curiosos, como gafas de sol que ecualizan la luz.
Por otra parte, gigantes de la tecnología como Google o Samsung han participado activamente en varios aspectos de los Juegos Olímpicos: desde la creación de la aplicación oficial del evento por parte de Samsung hasta la captura de imágenes en 360º de la villa olímpica para poder mostrarla al mundo a través de Google Street View.