Samsung ha presentado sus resultados económicos correspondientes al segundo trimestre del año. La compañía ha registrado entre abril y junio un beneficio operativo de unos 6.470 millones de euros, lo que supone un aumento del 18,6 por ciento en términos interanuales. Samsung vendió productos en todo el mundo por valor de 40.500 millones de euros en el segundo trimestre, o lo que es lo mismo, un 5 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior.
Solo en su división de telefonía móvil, la surcoreana logró unos beneficios de 3.400 millones de euros en el periodo, lo que significa una subida del 57 por ciento con respecto al segundo trimestre del año pasado. Estamos ante los mejores resultados desde el mismo periodo en 2014. Lógicamente, los verdaderos «culpables» de que la asiática haya mejorado significativamente sus cifras son sus nuevos dispositivos móviles: Samsung Galaxy S7 y Samsung Galaxy S7 Edge. Además de las gamas Galaxy A y Galaxy J. Estos equipos forman parte de una reducción de catálogo que ha tenido efecto, y que además no serán los únicos. La compañía piensa en lanzar nuevas familias, como es el caso de la Galaxy C para China.
Según la firma de análisis de mercado Canalys, Samsung habría colocado en el mercado 80 millones de terminales, es decir, un 24% del total de los envíos en el segundo trimestre. Apple se quedaría con una cuota del 12% y Huawei, otro de sus principales rivales, se colocaría con un 9% en la cuota de mercado (en lo que va de año habría vendido 60,6 millones de teléfonos).
Samsung espera mantener el ritmo de ventas en el tercer trimestre, gracias sobre todo a su próximo phablet Samsung Galaxy Note 7. La compañía lo anunciará el próximo 2 de agosto en Nueva York en un evento exclusivo. Este año se espera que lleguen grandes novedades al dispositivo. En primer lugar contaría con una pantalla curvada, al más puro estilo Galaxy Edge, con un tamaño de entre 5,7 y 5,8 pulgadas. El dispositivo llegaría, además, con un procesador bastante destacado, un Exynos 8893, que estaría acompañado por 6 GB de memoria RAM. Se trataría, por tanto, de la primera vez que vemos una cifra semejante en un dispositivo Samsung.
En el apartado fotográfico, se espera que el Galaxy Note 7 equipe un sensor dual de 12 megapíxeles con una apertura de f/1.7. Este sensor vendría acompañado de un estabilizador óptico de imagen y un sistema de autoenfoque muy rápido. Por lo demás, el nuevo phablet podría contar con un puerto USB tipo C, muy habitual últimamente en teléfonos de alta gama, así con con una batería de alta capacidad. Algunos rumores hablan de una batería de 3.600 miliamperios, aunque otras fuentes apuntan a una batería de 4.000 miliamperios. En cualquier caso, el Galaxy Note 7 será un teléfono a la altura, resistente incluso al agua y al polvo gracias a su certificación IP68. Habrá que esperar para seguir viendo las cifras de próximos trimestres, pero es evidente que Samsung sigue a la cabeza de otras marcas, posicionándose como el rey indiscutible en el sector.