Seguro que más de uno se preguntará para qué sirve un dron, uno de esos gadgets teledirigidos que se pueden manejar desde un mando o incluso una tableta. Pues no hay más que ver el vídeo de arriba para entenderlo o mirarlo en este enlace. Basta seguir las imágenes para volar con la imaginación a cualquier lugar del mundo. Por ejemplo, como en este caso, a la ciudad rusa de Torzhok en cuestión de segundos. A bordo de este dron podemos disfrutar de la maravilla del paisaje y planear a vista de pájaro sobre el río Tvertsa o contemplar maravillados la belleza del Monasterio de los Santos Boris y Gleb.
Sólo con la ayuda de este dron y de la persona que ha grabado el vídeo nos deleitamos en cada detalle. La cruz dorada que corona este edificio neoclásico. Es el dron el que permite sin escaleras ni vértigos asomarnos al campanario del monasterio donde…un momento…qué es lo que vemos. ¿Una pareja repartiendo amor a diestro y siniestro? ¿Unos discípulos actuales de la diosa Afrodita? ¿Una escena impropia del horario infantil?
Pues sí, eso parece. Un usuario ha pillado in fraganti a una fogosa pareja en el campanario del citado Monasterio ruso cuando grababa unas bucólicas escenas del paisaje con la ayuda de un dron. Cómo no, gracias a Internet y a la curiosidad del ser humano, hoy todos podemos disfrutar de estas vistas insólitas que no han tardado en hacerse populares.
Así que ya lo sabéis, chicos y chicas amantes de buscar los sitios más recónditos, hoy en día hay otro vigilante más. Además del vecino cotilla o la cámara de videovigilancia, también hay que contar con esos indiscretos drones que son capaces de llegar hasta el último rincón del mundo. Avisados estáis.