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No hay mayor pesadilla que quedarse con la cabeza atrapada en algún sitio del que piensas que nunca jamás la podrás sacar. Esa suma de claustrofobia y angustia que te hace pensar que nada bueno puede salir de esto. Y es que la cabeza es, por mucho que no se utilice demasiado, la parte más valiosa de nuestra anatomí­a.

Si encima el accidente en cuestión no ha sido cosa del azar o de la mala suerte, sino que estabas intentando hacerte el o la graciosilla con tus amigos, la cosa tiene visos de acabar muy mal. Y si a la ecuación le sumas que estás en una hermandad de universidad sureña estadounidense de esas que salen en las pelí­culas de Hollywood, tu historia es carne de cañón de grandes cadenas como la CNN o la CBS. Y es que hoy dí­a antes de hacer algo ten en cuenta que todo el mundo tiene una súper cámara de fotos y de ví­deo en el bolsillo para inmortalizar tu memorable pelí­cula.

Todo esto es lo que le pasó a la estudiante estadounidense Darby Risner. Deseosa de gastar una broma a sus compañeras, se embutió la testa una máscara gigante de Barney, el protagonista de una serie de mucho éxito en el paí­s de las barras y estrellas. A pesar de que desde 2009 no se emiten nuevos capí­tulos del programa protagonizado por un Tiranosaurio Rex antropomórfico, sigue formando parte del ideario colectivo de la juventud americana.

Pues esta risueña sureña, tras perpetrar dicha broma, vivió con estupor cómo no era capaz de sacarse la mega máscara que unos minutos antes se habí­a puesto sin ningún tipo de problemas. A pesar de que sus amigas se esforzaban por quitársela, no habí­a manera de desprenderse de la mega cabeza de Barney. Entre los gritos de pavor de la vecina de Alabama se colaban las risotadas de sus compañeras cuando intentaban despojársela.

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Como no habí­a manera, tuvieron que acudir a la estación de bomberos más próxima para que se llevarán a cabo las incisiones oportunas para despojarle de tan pesado elemento. Fueron sus propias amigas quiénes la llevaron en el coche. Imaginen ir conduciendo y encontrarte otro vehí­culo con un copiloto de tamañas caracterí­sticas.

Los bomberos, con toda la diligencia del mundo, procedieron al corte y a la extracción de la máscara de Barney sin ningún tipo de consecuencias para la salud de la joven. Más de 45 minutos de suplicio que no sabemos si le acabó costando un dinero a la joven.

Lo que si sabemos que le ha costado es una gran notoriedad en las redes sociales. Ya que los buenos de sus amigos se tomaron la molestia de ir grabando todos y cada uno de los episodios del accidente e irlos subiendo a Twitter, Instagram y Snapchat en riguroso directo. La fama de la chica no se detendrí­a ahí­, ya que cadenas de ámbito nacional sin mejor oferta informativa como la CNN, la CBS o incluso el Daily Mail británico cubrieron la noticia con la profundidad necesaria.

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