Son malos tiempos para el PC, lo que ha repercutido negativamente en Intel. La compañía ha anunciado hace algunas horas que despedirá al 11 por ciento de su plantilla, lo que equivale a unos 12.000 trabajadores a nivel mundial. Según ha explicado en un comunicado, estos despidos están directamente relacionados con el desplome en la venta de ordenadores producido en los últimos trimestres. A partir de este momento, Intel empezará a dar más prioridad a unidades de negocio como a los centros de datos o al Internet de las cosas. El objetivo es establecer a la compañía como el líder del mundo inteligente y conectado.
Era la crónica de una muerte anunciada. Según la consultora Gartner, las ventas de ordenadores en Europa, Oriente Medio y Africa descendieron un 10% en el primer trimestre de 2016, hasta situarse en 19,52 millones de unidades. Esto significa que cada vez se compran menos ordenadores, repercutiendo, como es lógico, en el suministro de procesadores. En este sentido, Intel ha sido una de las compañías más afectadas. De los 107.000 empleados en todo el mundo registrados a finales del año pasado, la multinacional va a despedir a 12.000, es decir al 11% de su plantilla.
No es la primera vez que se producen despidos masivos por la caída del PC. Ya a principios de 2014 Intel anunció que recortaría 5.000 puestos de trabajo, casi el 5% del total de su plantilla. Al parecer esta cifra no ha sido suficiente y de nuevo vuelven los recortes, esta vez los más grandes de su historia. Intel ha aprovechado para dar la mala noticia con motivo de sus resultados económicos correspondientes al primer trimestre del año, que han sido peores de lo esperado pero, aun así, con números positivos.
Concretamente, sus ingresos aumentaron un 7,2% hasta llegar a los 13.700 millones de dólares. La firma de procesadores consiguió un beneficio de 2.050 millones de dólares. En cualquier caso, estos datos no han sido suficientes para salvar todos esos puestos de trabajo, y la compañía lo define como una medida de supervivencia a largo plazo. A partir de ahora, en un futuro inmediato, el plan de restructuración de la compañía consistirá en encontrar nuevas áreas de crecimiento. Existen dos que han demostrado tener un gran potencial: El Internet de Las Cosas y los chips de memoria. Estas dos áreas suponen casi el 40 por ciento de los ingresos de la compañía y un porcentaje aun más significativo de los beneficios.
El propio presidente de la compañía, Brian Krzanich, ha comunicado que los resultados del último ejercicio demuestran que la estrategia es sólida y que tienen lo necesario para crecer. Para él estas decisiones han sido necesarias para colocar al fabricante como líder en un mundo conectado. Ahora la pregunta es: ¿Lo conseguirán? El viento parece que le es favorable, a pesar de estas últimas malas noticias. Doce mil despidos son muchos, como decimos, el recorte más grande de toda su historia.