El pasado domingo, varios medios de comunicación publicaron información sobre uno de los mayores escándalos de corrupción de la Historia: los Papeles de Panamá. Han salido a la luz casi 5 millones de emails, 3 millones de archivos de bases de datos, y más de 2 millones de documentos PDF de la empresa Mossack Fonseca, especializada en crear compañías fantasma para poderosos clientes de todo el mundo (entre ellos figuran, por ejemplo, Almodóvar, Putin, y el presidente de Islandia, que ha dimitido ya de su cargo). Los documentos tienen información de servicios realizados durante más de 40 años.
Cómo se hizo posible la filtración de los Papeles de Panamá
Aunque los papeles han saltado al terreno público ahora, la historia de la filtración comenzó a finales de 2014, cuando el periódico alemán Suddeutsche Zeitung recibió un mensaje en un chat cifrado procedente de una fuente anónima dentro de la firma Mossack Fonseca.
En los primeros mensajes, se dieron pocos detalles de la naturaleza de los documentos, pero la fuente aseguraba que sería una filtración muchísimo más grande que todas las que se habían producido hasta el momento. Pero la fuente temía seriamente por su vida.
La fuente anónima y el periodista alemán (Bastian Obermayer) iniciaron así una larga serie de contactos mediante servicios cifrados y con fuertes medidas de seguridad.
Cuando los periodistas del diario alemán se dieron cuenta de la naturaleza de los documentos y de la envergadura de la filtración, se pusieron en contacto con el ICIJ, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, y así empezó poco a poco el análisis detallado de toda la información, que ha llevado más de un año. Se puso en marcha así el proceso que ha destapado un escándalo de la talla de WikiLeaks.
Y a medida que se iba esclareciendo el contenido, el ICIJ empezó a enviar los análisis de manera segura a varios medios de comunicación por todo el mundo, como por ejemplo la BBC. En la web secreta que crearon para el trabajo de los periodistas era posible intercambiar preguntas, consejos y todo tipo de información sobre las filtraciones… Pero aún era necesario hacer pública la información a gran escala.
A pesar de todo lo que se ha publicado, Obermayer asegura que no hay intención de filtrar absolutamente todos los documentos originales, porque se generaría mucha confusión y porque muchas empresas y otros particulares de todo el mundo podrían aprender de las estrategias de Mossack Fonseca. Además, los periodistas siguen preocupados por la protección de la fuente dentro de la empresa, cuya identidad se ha podido proteger hasta ahora. El propio Obermayer destruyó el ordenador que utilizó para comunicarse con esa persona al comienzo, y así como todos los discos duros y aparatos donde en algún momento se guardó información sensible que pudiera poner en peligro la vida de la fuente.
El importante papel del ICIJ
Los periodistas de investigación implicados en el análisis y la publicación de todos estos datos aseguran que han llevado a cabo esta tarea porque es su deber como periodistas destapar escándalos de corrupción como este. De hecho, no es la primera vez que lo hacen: ya en 2013 permitieron destapar archivos de 120.000 empresas de todo el mundo implicadas en tramas de «ingeniería fiscal» y operaciones ilegales.