Leaks

Ha hecho falta el trabajo de decenas de periodistas, escrutando un enorme volumen de información filtrada. A dí­a de hoy, podemos conocer el nombre de miles de personas que se han aprovechado de los beneficios de llevarse el dinero a paraí­sos fiscales, para perjuicio del resto de la sociedad. Y es que la crisis ha tenido muchos efectos negativos, pero también algunas transformaciones sociales: ahora el dinero negro ya no le hace gracia a nadie.

ICIJ, las siglas en inglés del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, ha sido la organización que se ha encargado de que este volumen enorme de valiosos documentos vean la luz. En total son dos millones y medio de archivos, correspondientes a 120.000 empresas, organizaciones y particulares, que dejan en evidencia como la llamada «ingenierí­a fiscal» es un mal que afecta a todo el planeta. Y ha sido Internet el que ha permitido el trabajo de coordinación entre 86 periodistas de 46 paí­ses. En total se analizaron 260 gigas de datos que incluí­an mensajes de correo electrónico, archivos de empresas y numerosos datos que necesitan ser analizados.

Para hacerse una idea del volumen de documentos del que estamos hablando, la información publicada es 160 veces mayor que la gran filtración de Wikileaks en 2010, que dejó al descubierto las prácticas ilegales del ejército de los Estados Unidos en las guerra de Irak. Los archivos tienen referencias a personas, empresas y organizaciones de 170 paí­ses o territorios. Para analizar toda esta información se uso, entre otras, una herramienta llamada NUIX y donada gratis por la empresa australiana creadora de la misma.

Un nuevo WikiLeaks internacional destapa escándalos en los paraí­sos fiscales 1

Los implicados que aparecen en las listas no son sólo grandes accionistas de multinacionales, sino que la ingenierí­a de fraude fiscal extiende sus tentáculos hasta dentistas de Florida o campesinos griegos, pasando por supuesto por grandes empresas deslocalizadas, brokers de Wall Street, traficantes de armas, multimillonarios rusos o empresas ficticias.

La clave de los documentos está en las conexiones. Los documentos muestran el camino del dinero que proviene de operaciones ilí­citas, que acaban vinculadas con profesionales o empresas, en principio, limpias de toda sospecha.

En nuestro paí­s, hemos conocido el caso de la baronesa Thyssen, que supuestamente habrí­a adquirido obras de arte a través un entramado de empresas ubicadas en paraí­sos fiscales. Pero es fuera de nuestras fronteras donde la investigación ha salpicado a personajes más conocidos.

En Francia, el tesorero de la campaña electoral del Presidente Hollande, Jean-Jacques Augier también aparece en las listas. Augier creó dos empresas en las Islas Caimán, una de las localizaciones más recurrentes, para desviar activos lejos del fisco francés.

Muchos de los nombres mencionados en la las listas ya han aparecido en otras investigaciones sobre desví­o de capitales en todo el mundo. No obstante, los investigadores afirman que es posible que muchos nombres famosos no salgan a la luz, protegidos por testaferros anónimos.

La investigación aun sigue en marcha y no se descarta que vayan apareciendo más nombres famosos en la lista, incluidos españoles. De hecho, es posible que la información publicada no sea más que una pequeña muestra del fraude fiscal que opera en todo el mundo. Asociaciones como Tax Justice Network calculan que hasta un tercio de toda la riqueza mundial puede estar oculta en paraí­sos fiscales.

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