Hasta hace unos meses, las acciones de la compañía de la manzana eran uno de los valores más codiciados del mercado bursátil. Tanto que incluso llegó a convertirse en la compañía con mayor valoración del mundo, por delante de las principales petroleras. No obstante, tras el lanzamiento del iPhone 5 en septiembre del año pasado algo cambió. Sus títulos comenzaron a caer en picado, perdiendo casi un tercio de su valor en apenas tres meses. La feroz competencia de Samsung y la sensación de que Apple ya no tiene la misma capacidad de sorprender al mercado, unidas a unas ventas más flojas de lo esperado en los iPhone y los iPad son algunos de los factores que han querido explicar este descenso. Muchos analistas previeron un repunte de las acciones de la compañía de la manzana, pero varios meses después los valores siguen estancadas.
A mediados de septiembre del año pasado pocos podían aventurar siquiera el movimiento que seguirían las acciones de Apple. Ni la muerte de Steve Jobs ni el éxito del Samsung Galaxy S3 parecían ser capaces de mellar un crecimiento espectacular de sus acciones, que habían escalado desde comienzos de año desde algo más de 400 dólares hasta los 700 dólares por título. Pero llegó el anuncio del nuevo iPhone 5 y las acciones comenzaron su caída libre. Probablemente, el hecho de que el nuevo iPhone no incorporará ninguna función revolucionaria tuvo que ver en esta caída, que se recrudeció con la aparición de varios informes que apuntaban a una caída en la producción de unidades (tras la publicación de una de estas informaciones las acciones de Apple sufrieron una de las peores jornadas de su historia).
En cuatro meses, las acciones de Apple cayeron algo más de un tercio de su valor. Desde finales de enero, los títulos de la compañía se han movido en un rango de precio de entre 420 y 450 dólares, alternando subidas y bajadas. Precisamente, en la jornada de ayer se marcó el valor más bajo del último año con 419 dólares, tras una caída de algo más del 2%. El funcionamiento de Apple en Bolsa es un reflejo de la dinámica que impera en el mundo bursátil. Y es que la empresa estadounidense sigue batiendo cada trimestre sus récords de ingresos y beneficios, incluso por encima de las expectativas. Eso si, los últimos resultados bastaron para sorprender al mercado, y eso volvió a provocar una caída en sus títulos. Sin duda, una extraña lógica que muchas veces se aleja del rendimiento real de una compañía.
En todo este proceso ha tenido mucho que ver el fulgurante crecimiento de Samsung. La compañía coreana se ha convertido en un rival muy serio para el dominio del iPhone, gracias al lanzamiento sucesivo de sus Samsung Galaxy S. El Samsung Galaxy S3 se ha convertido en el primer terminal que ha sido capaz de arrebatar al iPhone el cartel de ser el smartphone más vendido durante un trimestre (aunque sucediera en los meses anteriores al lanzamiento del iPhone 5). Y todo indica que su nuevo lanzamiento, el Samsung Galaxy S4, seguirá la línea ascendente de los anteriores Galaxy.
Así las cosas, los inversores parecen estar a la espera de que Apple lance sus nuevos productos durante el 2013, un año crucial para que la compañía de la manzana demuestre su capacidad de respuesta frente a la competencia y frente a las reticencias de sus inversores. Mientras tanto, flota en el aire una pregunta que puede determinar el destino de la compañía en el mercado bursátil. ¿Ha perdido Apple la capacidad de sorprender?