La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), la patronal de las aerolíneas, ha alertado hoy del peligro real que suponen los drones para la aviación comercial, poniendo especial énfasis en los vuelos que cada día surcan los cielos de todo el mundo. Ha sido Tony Tyler, director general de IATA, el encargado de alertar de la situación, calificándola de «problema real» y de «peligro inminente». El directivo ha contado que hay múltiples casos de pilotos que se han encontrado de manera inesperada con drones en el momento de volar a baja altitud cerca de los aeropuertos. La asociación exige que se regule la utilización de estos aparatos a nivel internacional antes de que se produzca un accidente importante.
Tal y como avisa la patronal de las aerolíneas, este problema solo puede ir a más si no acaba por regularse. El número de drones es cada vez mayor. Sólo en Estados Unidos, según la Administración Federal de Aviación (FAA), se han contabilizado más de 300.000 drones nuevos de más de veinticinco kilos de peso desde el pasado mes de diciembre. Cualquiera de ellos podría suponer una verdadera amenaza para la seguridad en el caso de cruzarse con alguno de los aviones comerciales que pasen por la zona.
Aunque Tony Tyler recalca la importancia que pueden tener los drones en sectores como el de la mensajería o el de la comida a domicilio, el director general de IATA expresó durante un evento en Singapur, que no se puede tolerar que esta nueva tecnología sea un obstáculo o una amenaza para la aviación comercial. Y es que, lo realmente preocupante llega cuando están volando a baja altura, ya que la frecuencia de radio que emplean interfiere con la que se usa en las torres de control de los aeropuertos. Como es lógico esto puede acabar afectando a la información de los controladores aéreos, con la fatal consecuencia que todos podemos imaginar.
Es cuestión de tiempo que pueda producirse un accidente de gran envergadura. De hecho, ya han ocurrido desgracias menores causadas por drones en el espacio aéreo estadounidense. Entre diciembre de 2013 y septiembre de 2015 el Centro para el Estudio de los Drones, un departamento a cargo del Bard College de Nueva York, registró 900 incidentes entre estos pequeños aparatos voladores y los aviones comerciales. El 36 por ciento de ellos fueron calificados como «aproximaciones cercanas». Además, el 90 por ciento de los incidentes ocurrieron a una altitud superior a los 120 metros, la máxima permitida para los drones.
En nuestro país estamos pendientes de que se produzca una revisión sobre la regulación de los drones por parte de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Actualmente aquellos que pesan menos de veinticinco kilos no pueden superar los 120 metros de altura. Los que cuentan con un peso superior, pueden volar a una mayor altitud, pero siempre que dispongan de un certificado de aeronavegabilidad. En cualquier caso, la normativa actual obliga a los conductores de drones de cualquier empresa a tener un carnet de piloto especial. Incluso, los aparatos con un peso inferior a los dos kilos tienen que estar inscritos en el registro de aeronaves. Señalar, por último, que está completamente prohibido sobrevolar zonas urbanas sin el premiso explícito de la AESA.
