El próximo 21 de febrero está previsto que Samsung presente de manera oficial los nuevos Galaxy S7 y Galaxy S7 Edge. Las filtraciones nos han hecho ir conociendo a ambos modelos poco a poco. No quedarían demasiadas cosas a la imaginación, aunque aún esperamos que haya sorpresas ese día. Por lo que sabemos los teléfonos llegarían con un potente procesador, una cámara más avanzada, ranura para tarjetas MicroSD y puerto USB tipo C. Ahora bien, poco se ha hablado de la autonomía, uno de los aspectos que más interesan actualmente de cara a comprar un dispositivo de alta gama.
Por lo que conocemos hasta el momento, el Samsung Galaxy S7 podría llegar con una batería de 3.000mAh y el Galaxy S7 Edge con una de 3.500mAh de capacidad, algo lógico si tenemos en cuenta que su pantalla subirá hasta las 5,5 pulgadas y podría tener una resolución 4K. Por el momento a qué nivel podrían rendir ambas es toda una incógnita, es algo que se irá descubriendo cuando el dispositivo se ponga a la venta y se vaya probando. Para ir abriendo boca, el bloguer ruso Eldar Murtazin publicó recientemente que el teléfono (no especificaba qué modelo) podría durar hasta 17 horas reproduciendo vídeo y con la pantalla con el brillo al máximo. Hace unas horas ha posteado unas imágenes que muestran el comportamiento de la batería en los Galaxy S7.
Murtazin afirma que la nueva generación de teléfonos inteligentes de Samsung podría durar dos días sin problemas realizando una sola carga, con un brillo del 75%, LTE activado todo el tiempo y dos tarjetas SIM en funcionamiento. Esto significaría, sin duda, una mejoría evidente en comparación con la duración de la batería de la gama Galaxy S6, que apenas puede durar un día. Además de incorporar una batería de mayor amperaje, es necesario tener en cuenta que los nuevos Galaxy S7 llegarán con Android 6.0 de serie, un sistema que ha sido optimizado para gestionar la energía de forma más inteligente.
Por lo demás, se espera que los nuevos Galaxy S7 también cumplan con nota en el resto de sus características. La versión estándar montaría una pantalla de 5,1 pulgadas QHD y llegaría alimentada por un procesador Qualcomm Snapdragon 820 o Exynos 8890 (M1), según región. La memoria RAM sería de 4GB y dispondría de una cámara principal muy diferente a la de la generación anterior. Este año Samsung habría decidido incorporar un sensor con una resolución menor (de 12 megapíxeles), pero con píxeles más grandes para conseguir capturar imágenes de más calidad. No sabremos el resultado hasta que la veamos en pruebas. La compañía incorporaría también un nuevo conector USB tipo C y ranura para tarjetas MicroSD, una característica muy esperada y demandada. En cuanto al diseño, este año sería prácticamente igual que el del año pasado, aunque al parecer, según las últimas filtraciones, el objetivo de la cámara sería visualmente más plano, dándole un aspecto más premium.