Imprimir una pizza para la cena, un tatuaje en el brazo o, incluso, imprimir una casa. Como lo oyes y como lo ves. Las impresoras del futuro no solo servirán para poner una foto o un mapa en un papel.

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Y las tendremos enganchadas al ordenador. Eso sí­, antes habrá que diseñar lo que queremos hacer con la ayuda de algún programa informático.

Y si es la hora de merendar”¦ Pues a imprimir un bocata. ¿Qué hace falta una llave inglesa? Pulsamos unas teclas, y listo. Las impresoras que vienen serán capaces de crear todo tipo de objetos.

Y esto no es ciencia ficción. Hoy ya se empiezan a vender las primeras impresoras 3D. Y las hay de grandes firmas como Hewlett Packard (HP) o de pequeñas, como la española Printed Dreams. Estos últimos venden una impresora 3D sencillita por menos de 400 euros.

impresoras 3D

Pero hay más. Algunos han llegado a imaginar nuevas soluciones a problemas cotidianos en forma de impresora. Por ejemplo, la española Natural Machines quiere vender impresoras para preparar alimentos. Su invento conocido como Foodini, puede imprimir, por ejemplo, un cruasan para el desayuno. O una galleta de espinacas con forma de dinosaurio, para los más pequeños.

Pero hemos encontrado más impresoras curiosas. Un grupo de estudiantes de la escuela de diseño Les Ateliers de Paris ha inventado una que hace tatuajes en la piel.

Y pensando a lo grande, hemos encontrado a la empresa china Winsun. Esta firma asiática tiene una impresora 3D enorme que hace casas. Y ya han impreso las primeras. Las paredes, los suelos y la estructura van creciendo por capas. Pero, lo mejor es el precio. Consiguen hacer una casa de 200 metros cuadrados por la mitad de lo que cuesta una normal. Además son rápidos. A toda máquina, pueden imprimir hasta diez casas en un dí­a.

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