Amazon planea abrir su primera tienda física en el centro de Nueva York estas Navidades. Al parecer, la compañía habría tomado esta decisión para que sus clientes pudieran desvirtualizar su negocio y así mejorar la experiencia de compra. La multinacional de retail ha construido su imperio a base de un precio competitivo y un sistema de envío rápido a la par que asequible. Sin embargo, hasta ahora no podía competir con la inmediatez de comprar en una tienda tradicional.
Este espacio situado en pleno Manhattan funcionará como un mini almacén que tendrá un inventario limitado para entregas de productos en el mismo día en Nueva York, devoluciones de pedidos o intercambios. La compañía ha elegido esta localización para que los clientes que hagan sus pedidos a través de Internet puedan recogerlos allí sin tener que desplazarse en exceso. Pero no sólo servirá para eso, también se utilizará como un centro de distribución para su servicio de mensajería. Probablemente, el local cuente con un espacio donde poder ver en primera persona los dispositivos electrónicos de la marca, como el Fire Phone o los Amazon Kindle.
Abrir una tienda física es una «estrategia de marketing de la marca», ha explicado Matt Nemmer, analista de Wells Fargo. «Las últimas tendencias de consumo apuntan a que a la gente le gusta comprar por Internet y recoger el producto encargado ese mismo día en la tienda sin el coste adicional que supone que te lo lleven a casa«, ha señalado el experto.
Pero también hay que tener en cuenta que esta operación tiene una serie de riesgos. Hasta ahora, Amazon ha evitado en gran medida algunos de los costes asociados con el comercio minorista. Por ejemplo, tener que pagar el alquiler del establecimiento, el salario de empleados extra y la gestión del inventario de las tiendas. Estos gastos podrían poner en peligro los márgenes de ganancias de la compañía estadounidense, que ya de por sí son muy reducidos.
Sin embargo, algunas personas familiarizadas con el asunto han asegurado que Amazon ve este sistema como un experimento que podría no funcionar sin tener mayor importancia. Si por el contrario, la tienda física fuera un éxito, la compañía de retail estaría dispuesta a desplegar más locales en diversos lugares de Estados Unidos. Al parecer, la multinacional ha estudiado la localización de este punto de venta durante años, por lo que elegir la ubicación del resto de tiendas le podría suponer un gran esfuerzo.
A pesar de todo esto, no es la primera vez que Amazon experimenta con el hecho de abrir un establecimiento físico. En noviembre del año pasado, la empresa decidió abrir una serie de pop-up stores (tiendas temporales) en diversos centros comerciales de Estados Unidos. En ellas sólo estaban disponibles sus libros electrónicos y sus tabletas más innovadoras. Pero ninguna de ellas ofrecía una amplia gama de productos ni estaba destinada a permanecer ahí indefinidamente. Por el momento, tendremos que ver cómo reacciona el público ante esta nueva estrategia de la compañía.