Es uno de los temas de los que más se escucha hablar desde hace tiempo, una reivindicación para muchos y unos de los principios básico de Internet desde que la red es red. La neutralidad de la red es una de esas cosas de las que todo el mundo habla, pero no todo el mundo sabe qué es.
Sin embargo la neutralidad de la red es fundamental para que Internet siga siendo lo que ha sido hasta ahora, un espacio libre y sin dueños dónde nadie es más que nadie por tener más dinero, poder o recursos. Así que para entender qué es la neutralidad de la red y por qué hay que defenderla a toda costa vamos a intentar responder a algunas preguntas básicas.
¿Qué es la neutralidad de la red?
Es un principio fundacional de la red que garantiza que el acceso a los contenidos es igual para todo el mundo. Esto es, la red no tiene forma y los proveedores tienen que tratar a cada máquina de la misma manera que a las demás, sin favorecer o penalizar en acceso a ninguna de ella.
¿Quién tiene que garantizarla?
La responsabilidad de mantener la neutralidad de la red es en primer lugar de los proveedores, las empresas que ofrecen acceso a Internet y a las que pagamos nuestras facturas de teléfono. Son ellas las que tienen la capacidad de alterar o mantener la neutralidad de la red y las primeras a las que hay que vigilar para que no lo hagan.
Una segunda responsabilidad estaría en los poderes legislativos y ejecutivos de los diferentes países, que pueden obligar mediante leyes o normativas a mantener la neutralidad de la red. Hay algunos países que ya lo han hecho. El primero fue Chile en 2010 al que siguió Ecuador en 2012. En Europa los Países Bajos aprobaron también un acta de neutralidad y este año el Parlamento Europeo ha votado también a favor de mantener este principio.
¿Quién está en contra?
Principalmente los propios proveedores de Internet y algunas empresas de servicios en línea que requieren una gran velocidad de conexión. Entre los segundos habría empresas de TV en straming como Netflix o Hulu que podrían ofrecer servicios más rápidos a sus usuarios por encima de sus competidores, o empresas de telecomunicaciones como Skype que necesitan de un gran ancho de banda para mejorar servicios como la videollamada.
Entre los primeros, las operadoras, se posicionarían a favor a de alterar el status quo de la neutralidad en Internet para poder ofrecer servicios especiales a estas empresas. Los usuarios accederían más deprisa a estos servicios a cambio de contratos especiales con los proveedores.
¿Cómo afectaría a los usuarios la desaparición de la neutralidad de la red?
Alterar la neutralidad en la red crearía un Internet más desigual, con ricos y pobres. Las grandes empresas de servicios podrían ofrecer acceso rapidísimo a sus contenidos, mientras que para acceder los proveedores de contenidos más humildes la velocidad podría ser mucho menor.
Dependiendo de que el usuario contratara uno u otro proveedor de Internet, podría acceder a unas páginas o servicios u otras, o lo haría a distintas velocidades. El usuario no tendría un acceso universal a la red, sino que sólo accedería a una velocidad aceptable a los proveedores de contenidos que tuvieran acuerdos con los proveedores, lo que crearía una gran desigualdad.
Además el uso de la red como instrumento democrático y de participación ciudadana podría resentirse duramente. Y es que serían los grandes poderes empresariales los que decidieran a qué páginas podemos acceder desde sus proveedores y a cuáles no (o no con la suficiente velocidad).
La desaparición de este principio tendría graves consecuencias para los usuarios de todo el mundo, por pérdida de calidad de vida y de derechos adquiridos. Por eso merece la pena seguir el debate que se está llevando cabo en los tribunales de los Estados Unidos desde hace unos años, con Verizon y otras operadoras por una parte y la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC). También conocer los caminos alternativos que proponen algunos actores independientes para mantener y asegurar la neutralidad de la red. En este sentido Chris Riley, miembro de la fundación Mozilla, proponía hoy en un artículo cambiar por completo el modelo de acceso a la red.