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No es la cámara más cara, ni la más alta de la gama de Canon. No es la única réflex con sensor full frame ni la única que graba ví­deo, pero hay algo en la Canon EOS 5D Mark III que la hace la favorita de una buena parte de los profesionales de la fotografí­a. Esta es la cámara que más vemos en manos de fotoperiodistas y artistas del sector, de la que más hablan los fotógrafos y la que más desean los aficionados.

Han pasado casi dos años desde que los japoneses la presentaron y los profesionales de todo el mundo ya le han dado un uso intensivo. De hecho, hace unos dí­as conocí­amos la fotografí­a ganadora del World Press Photo 2013, el premio de fotografí­a más prestigioso del mundo. La foto estaba tomada con una Canon EOS 5D Mark III.

Es una cámara de fotos, pero graba ví­deo y lo hace muy bien, como hemos podido comprobar de primera mano en las últimas semanas. Su antecesora, la Canon EOS 5D Mark II revolucionó al mundo de la grabación digital. Con un sensor de formato completo y las posibilidades ópticas de una cámara réflex permití­a tomar ví­deo a una calidad sorprendente. En este modelo, los japonenes se dieron cuenta del potencial que el ví­deo de calidad tení­a en un mundo multimedia con la red llena de ví­deos, y cuidaron especialmente este aspecto. Por eso, y por muchas cosas más, en tuexperto.com nos hemos hecho con una y la hemos puesto a prueba.

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En las manos

Una cámara réflex es un objeto muy personal. Por mucho que se nos venda tecnologí­a punta y hojas de especificaciones, la relación de un fotógrafo con su cámara tiene un punto romántico: la cámara tiene que «encajar» en nuestras manos. La EOS 5D Mark III gusta al tacto. Es relativamente grande, aunque su peso es contenido en comparación con otras cámaras de esta gama: 950 gramos más la lente.

El display de la parte superior es grande, con información completa sobre la velocidad de exposición, el diafragma, ISO, fotómetro, foco y tarjetas. Con ello, el vistazo de rutina es rápido y completo, con ese juego de números que siempre hay que tener en la cabeza cuando se está entregado al trabajo. También encontramos la rueda de opciones en la parte trasera, propia de los modelos de gama alta de Canon. Para muchos fotógrafos, el pulgar derecho se dirige a ella por pura rutina, y es configurable a los gustos del usuario, podemos utilizarla para cambiar el ajuste que más necesitemos.

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En general el conjunto responde a las expectativas, trasmitiendo esa seguridad que buscan los profesionales: una serie de detalles que pasan por el agarre del grip, el sonido del obturador o el peso. En este último punto no tiene nada que hacer contra los modelos avanzados de cámaras sin espejo. Las partes móviles y el pentaprisma añaden gramos que no es posible reducir. A la larga esto acaba en problemas de espalda para los profesionales, pero a la corta se gana firmeza y seguridad.

El sensor

Cuando hablamos de fotografí­a profesional cualquier cosa que no sea un sensor full frame es poca cosa, y la Canon EOS 5D Mark III tiene lo que se le exige en este sentido. Un sensor de formato completo, full frame, o 36 x 24 mm. Es decir, un sensor grande, del mismo tamaño que tení­an las pelí­culas fotográficas analógicas. Cualquier tamaño inferior nos condena a utilizar un factor de multiplicación en las lentes, es decir, que un objetivo de 50 mm se convierte en un 80 y pico, dependiendo del tamaño. Perdemos angulares y la lentes se desaprovechan.

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Pero sobre todo perdemos luz, el elemento básico de la fotografí­a. Cualquier fotógrafo aficionado con una réflex de gama media sabe que su afición es una lucha constante contra la falta de luz. Para ganar esta batalla hay dos armas: las lentes de gran apertura (que cuestan un dineral) y la sensibilidad del sensor, las famosas ISO.

Por esto la Canon EOS 5D es una de las cámaras de fotos más cotizadas en el mercado. Su sensor Full Frame de 20,2 megapí­xeles es un aliado decisivo en esta lucha. Y es que es un sensor grande con una resolución relativamente baja. 20 millones de pí­xeles parecen un montón, y son más que suficientes para todo lo que no suponga empapelar un edificio de 20 plantas con una foto. Pero hay cámaras en el mercado de menor calidad (y hasta con sensores más pequeños) que ofrecen un número mayor.

Pero los profesionales saben que en este caso menos es más. Un número racional de pí­xeles en un sensor grande tiene conlleva que los fotolitos del sensor son mucho más grandes de los normal y esto tiene un efecto directo sobre las fotos: menos ruido de imagen. De esta manera, con la Canon EOS 5D Mark III podemos subir la sensibilidad del sensor a niveles impensables para otras cámaras sin que aparezcan esos molestos puntos rojos que estropean las fotos. No se nos ocurre mejor el ejemplo que el citado World Press Photo de este año.

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En plena noche, entre el desierto y el mar y sin más iluminación que la de la luz de la luna. Unas condiciones realmente lamentables para tomar una foto. La única opción es subir la sensibilidad del sensor y confiar en que la cámara sea capaz de gestionar el ruido: ISO 10.000 llaman a esto. El resultado es excepcional: nitidez, enfoque en su sitio y un ruido casi imperceptible en un valor al que la mayor parte de las cámaras de fotos simplemente no llegan.

La foto la hace el fotógrafo, la historia tiene que estar ahí­ y hay que saber contarla en una imagen, estar en el momento adecuado. Pero hay veces en que necesitas que la tecnologí­a te eche una mano. La historia que cuenta John Stanmeyer con esta instantánea tiene algo de drama del siglo XXI, con los móviles apuntando al cielo, pero también es una historia atemporal: la de gente que busca una vida mejor lejos de casa. En este caso la cámara merece una nota al pie en la historia, ya que con todos los elementos allí­, incluido el talento del fotógrafo, la foto no hubiera sido posible sin ella.

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Enfoque

Si hablamos de sensores y de cómo trabajan con poca luz, el enfoque es la conversación que surge a continuación. Si conseguimos que la cámara pinte las fotos en condiciones cuando apenas nos ilumina la luna, lo siguiente de lo que hay que preocuparse es de que ponga el foco en su sitio. Los efectos de desenfoque parcial, foco selectivo y la profundidad de campo son herramientas en manos de los fotógrafos para hacer especial su trabajo. Pero no vale con que la cámara desenfoque porque si, sino que lo haga donde nosotros queremos.

La Canon EOS 5D Mark III tiene un sistema de enfoque iFCL con un sensor de doble capa de 63 zonas. Es decir, que reconoce 63 zonas a lo largo y ancho de la imagen, observa dónde hay unos colores y otros, lo procesa y elige las figuras que componen la imagen, y luego ya decidimos dónde queremos nuestro foco.

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La velocidad es otro de los puntos clave. Y es que hay veces que podemos pedirle al protagonista que se quede quieto unos segundos para calcular la toma perfecta, y otras veces que no. Si lo que estamos fotografiando es una boda, no hay nada como decir «un momento» y todo el mundo se quedará quieto para nosotros. Pero si la instantánea es de un partido de fútbol, una carrera de motos, o el momento en que un combatiente sirio dispara su kalashnikov contra un helicóptero, es más probable que nos hagan poco caso.

Y la cámara cumple. El enfoque es rápido, de los más rápidos que podemos encontrar. Las marcas siempre quieren apuntarse tantos en este campo, y cada poco tiempo asistimos al lanzamiento del una nueva cámara que anuncia «el autofocus más rápido del mundo». Lo cierto es que es difí­cil saber cuanto hay de verdad en estas afirmaciones, más allá del lenguaje publicitario, porque las mediciones se realizan en las condiciones de luz que más favorecen a la cámara. Pero lo que está claro es que la 5D enfoca a toda velocidad, aunque haya poca luz. Este punto fue el avance más significativo con respecto a su antecesora.

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Ví­deo

Ya sabemos que es una gran cámara de fotos, pero el ví­deo es el nuevo lenguaje universal, y las réflex tienen mucho que decir en este campo. Desde el modelo anterior algo cambió en el mundo audiovisual, ya que por primera vez una cámara DSLR era capaz de grabar en calidad Full HD, abriendo un campo hasta ahora desconocido.

Con esta EOS 5D Mark III la marca se dio cuenta del potencial que tení­a en las manos, y respondió a algunas de las demandas que se habí­a creado en este sentido. Mantiene la capacidad de grabar en 1.920 x 1.080 a 30 fps, y le añadió un botón de acceso rápido para acceder directamente a esta función. También una pestaña del menú con todos los ajustes necesarios, con lo que se facilitaba mucho el proceso.

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También se le añadió la compatibilidad con el codec MP4, abriendo así­ la posibilidad los códigos de tiempo, un guiño a los montadores de ví­deo que pudieron sincronizar con más facilidad las pistas de audio y ví­deo. También se pueden disparar fotos mientras se graba, simplemente apretando el botón del obturador.

El resultado es una cámara que graba ví­deo realmente bien, de una manera parecida a la de las cámaras profesionales, pero integrando también una de las mejores cámaras del fotos del mercado, compartiendo lentes para las dos funciones y manteniendo un tamaño y un peso contenido.

De esta manera, la Canon EOS 5D Mark III se ha convertido en una herramienta de trabajo excepcional en las manos adecuadas, por la versatilidad que permite. A dí­a de hoy nos encontramos con documentales, cortometrajes y programas de televisión que han sido grabadas con una cámara de fotos. Una sola herramienta para dos trabajos. Este es sólo un pequeño ejemplo.

Velocidad de ráfaga y almacenamiento

Hemos hablado de la velocidad, uno de los aspectos más importantes de una cámara de fotos, y lo hemos hecho hablando del enfoque, pero hay otro campo en que «darse prisa» es importante: la velocidad de ráfaga. Afortunadamente vivimos en la era digital y ya no tenemos que pagar por cada revelado de una foto. Esto nos permite disparar ráfagas de fotografí­as en determinadas situaciones, principalmente cuando queremos hacer fotos de cosas que se mueven deprisa.

Pero una cámara réflex tiene que levantar un espejo y volverlo a bajar cada vez que queremos tomar una foto, lo que limita la cantidad de veces que podemos hacer esto en un segundo. La EOS 5D Mark III puede tomar seis fotos por segundo en modo ráfaga, lo que no está nada mal. No obstante, en este punto tiene poco que hacer contra las cámaras sin espejo, en las que todo este proceso es electrónico.

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Además, a la hora de tomar ráfagas existe otro factor que nos condiciona: las velocidades de proceso y escritura. Cuando dejamos el dedo sobre el disparador y capturamos una ráfaga se crea un gran flujo de información que tiene que ser procesada por el sensor y escrita en la tarjeta. Si tomamos las fotos en formato JPEG, este volumen es controlable, y la tarjeta puede escribirlo en tiempo real sin lí­mites. Pero nos estamos tomado la fotografí­a en serio, así­ que necesitamos los archivos originales, sin procesar por el sensor, tal y como salen del sensor de la cámara, lo que llamamos RAW.

Estos archivos son mucho más grandes por lo que la cámara y las tarjetas se tomaran un descanso a partir de las 18 fotos. Es un volumen de información muy grande y la seguridad que obtenemos en este sentido es grande. Con una ráfaga de 18 fotos podemos estar seguros de que hemos capturado el momento.

El almacenamiento se lleva a cabo en tarjetas CF y SD. Esta caracterí­stica le facilita notablemente la vida al fotógrafo, especialmente al que trabaja lejos del centro de la ciudad. Por una parte podemos contar con las tarjetas CF, de mayor capacidad y velocidad de escritura, las que suelen utilizar los profesionales del sector. Tarjetas fiables y en las caben un montón de fotos.

Pero por otro podemos recurrir a las socorridas SD, las que utiliza todo el mundo. Su velocidad de escritura es más baja, y su capacidad más limitada; también son más pequeñas. Pero se pueden conseguir en cualquier parte, y a un precio bastante reducido, por lo que para una emergencia son una opción más que válida. Además, se puede traspasar la información de una tarjeta a la otro directamente a través de la cámara, sin necesidad de recurrir a otro dispositivo.

Precio y conclusiones

La Canon EOS 5D Mark III es una máquina fiable, profesional y versátil, pero lo no es la única en el mercado que hace todo esto. Uno de los puntos que ayuda a que sea una de las cámaras más populares del mundo es su precio. A dí­a de hoy la podemos encontrar por unos 2.500 euros dependiendo del distribuidor.

No es la cámara más barata del mercado, ni siquiera se puede decir que sea barata. Pero está muy lejos de los modelos más caros de las marcas, y en un rango de precio que muchos profesionales que empiezan o aficionados realmente entusiastas se pueden permitir. Por la versatilidad que ofrece y las caracterí­sticas técnicas es una gran inversión. Además, contamos con la tranquilidad de que es una de las cámaras más vendidas del mundo, que está siendo puesta a prueba a diario por miles de fotógrafos en todo el mundo, y con el respaldo técnico de la marca de fotografí­a más importante del mundo.

Ficha técnica

Tipo Reflex
Peso y dimensiones 152 x 116,4 x 76,4 mm 

950 gr. (sólo cuerpo)

Memoria CF, SD, SDHC, SDXC
Pantalla Pantalla de 3,2 pulgadas, 1.040.000 pí­xeles
Sensor CMOS 36 x 24 mm Full Frame, 22,3 Megapí­xeles
Formatos JPEG. RAW
Controles y conexiones AF 61 puntos 

Visor pentaprisma 100%

Sicronización Flash 1/200 segundos (teórico)

Mini HDMI

PAL/ NTSC

Miniclavija para auriculares

miniclaviaja para micrófono externo

Autonomí­a nd
Precio 2.600 € Sólo cuerpo
+info Canon

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