Canon presenta una respetable cantidad de cámaras de fotos nuevas hoy, y entre ellas encontramos esta PowerShot D30. Es una cámara de aventura en toda regla. Resistente, sencilla y sumergible, con un tamaño reducido para que quepa en el bolsillo del pantalón sin ningún problema.
Las cámaras compactas sumergibles son el compañero perfecto para unas vacaciones en la playa. Pero bajo esta etiqueta encontramos gran variedad de cámaras resistentes al agua. Si bien todas se pueden mojar sin problemas, otra cosa es cuando nos ponemos el traje de neopreno y queremos practicar buceo en serio. En este caso la mayoría suelen tener serias limitaciones, sobre todo cuando queremos empezar a ir bien abajo. La PowerShot se puede sumergir hasta 25 metros de profundidad, por lo que más que cámara acuática, quizás deberíamos hablar de una cámara de submarinismo.
El resto de las características de la cámara van acorde a su función: la de ser una cámara fácil de utilizar y que se pueda llevar a cualquier parte. Cuenta con un sensor CMOS de 12 megapíxeles y un procesador de imagen DIGIC 5. Entre los dos tienen la tarea de hacer funcionar la cámara en situaciones complicadas de luz, como las que se dan, por ejemplo, a más de veinte metros bajo la superficie del mar. Está pensada para ser una cámara de funcionamiento sencillo, por lo que no hay mucho que hacer aparte de apuntar y disparar. No obstante, cuanta con 32 modos de imagen preestablecidos, para ayudar a que la toma quede perfecta dependiendo de las condiciones de luz del momento y lugar.
La lente tiene algunas limitaciones al estar en un espacio sellado. No obstante cuenta con un zoom de cinco aumentos, que en fotografía tradicional de 35 mm llamaríamos 28-140 mm. La apertura máxima del diafragma es de f/3.9-4.8, lo esperable en una cámara de este segmento.
En la parte trasera encontramos una pantalla de tres pulgadas de diagonal que ocupa casi todo el espacio. A su derecha cuenta con una botonera sencilla para manejar los controles de la cámara. La pantalla cuenta también con un modo «Sunlight LCD Mode», que permite ver con nitidez las imágenes incluso cuando nos encontramos a pleno sol.
En la parte superior encontramos un botón extra a los dos habituales de encendido/apagado y disparo. Se trata de un botón para acceder directamente a la grabación de vídeo, otra de las funciones a las que se le ha prestado más interés. Y es que a pesar de tratarse de una cámara sencilla, es capaz de grabar vídeo en calidad Full HD (1.920 x 1.080 píxeles) a 30 cuadros por segundo.
Se echa de menos la conexión WiFi, muy de moda entre las cámaras en los últimos tiempos. No sucede lo mismo con el GPS. Gracias a esta función podemos geolocalizar en un mapa las fotos que tomamos, para saber con exactitud dónde fue hecha cada una. Es una función que le viene como anillo al dedo a una cámara diseñada para no estar quieta.
La Canon PowerShot D30 llegará al mercado en el mes de abril y por el momento sólo se va a vender en color azul. Por el momento no sabemos el precio que tendrá en nuestro país, pero si lo que costará en los Estados Unidos: 330 dólares, unos 240 euros al cambio.
