Las presentaciones ya no son lo que eran. Un auténtico momento en el que la expectación creada en torno a lo nuevo, finalmente se desvelaba para sorpresa y regocijo de todos. La tecnología tiene sus sorpresas, qué duda cabe, pero en lo que respecta a sus productos, lo habitual está siendo que se alimente al dragón de los medios a pequeños bocados de filtraciones para, el día final, confirmar lo ya sabido. Desde finales del año pasado ya se está rumoreando la salida de una nueva versión de Windows y, ahora, ya se habla de que habrá confirmación oficial durante la Microsoft Build Developer Conference, que tendrá lugar el próximo mes de abril en San Francisco. Por lo que parece, el desarrollo del nuevo sistema operativo de Microsoft comenzaría a partir de ese momento, con la idea de lanzarlo al mercado en abril de 2015.
Hasta el momento de verlo en las tiendas y en el sitio de descarga, cada vez que oigamos hablar de Windows 9 o, según su supuesto nombre en clave, de ‘Threshold’, estaremos viviendo la venta por piezas del producto envuelto en rumor y supuestas filtraciones de todo tipo. Así que según esas filtraciones, la compañía de Redmond ya está trabajando en lo que será el sucesor de Windows 8.1, recientemente estrenado. Tampoco es seguro que se vaya a llamar Windows 9, pero de alguna forma hay que referirse a él hasta verlo. La intención parece ser, además de refinar a fondo su actual sistema operativo, crear una interfaz mucho más adaptada a las necesidades y requerimientos de los usuarios. Uno de ellos, sin duda, el botón clásico de Inicio, un elemento que ha vivido, en la historia de Windows, más apariciones y desapariciones que los Ojos del Guadiana. También se habla de que el nuevo sistema operativo unificaría las versiones anteriores.
Sea como sea, otro de los temas que se espera que quede resuelto para la Build Developer Conference de Microsoft es el tema de su nuevo CEO. Una decisión sin duda importante para la compañía. En Redmond se están tomando su tiempo para asegurarse de que resulta lo más acertada posible. Sabemos de sus tanteos, y seguro que son los primeros interesados por conseguir finalmente unas manos de confianza para manejar el timón de ese inmenso barco. Hace unos días se supo que Alan Mulally, CEO de la compañía automovilística Ford, había rechazado ser la nueva cabeza de Microsoft. La compañía aún tiene más candidatos en la cartera, y está dispuesta a valorar a cada uno de ellos hasta tener claro que el elegido sabrá sacar a Microsoft del bache en el que se encuentra en estos momentos. Hay muchos frentes abiertos en la compañía en cuanto a proyectos y desarrollos, Nokia, el desarrollo y venta de aplicaciones móviles, Windows Phone, los juegos, Surface, las tablets, etc. No es conveniente que se tomen decisiones al respecto antes de elegir nuevo CEO, que será quien tenga que asumir las consecuencias de esas decisiones, aunque no hayan sido suyas. En cualquier caso de aquí a la conferencia de desarrolladores de abril las quinielas sobre el nuevo CEO y el nuevo sistema operativo, seguirán siendo rumores sin nombre claro.
