Nest Labs, compañía con sede en Palo Alto (California), está en boca de todos por haberse convertido en la más reciente adquisición multimillonaria. En esta ocasión no son Marissa Mayer y Yahoo! los que pagan la factura, sino Google. El precio, la friolera de 3.200 millones de dólares que, al cambio, son casi 2.400 millones de euros.
¿Qué tiene esta compañía para costar esa barbaridad de dinero? Se trata de una startup que está abriendo mercado en el mundo de la domótica, ese que es el futuro inmediato, casi el presente, pero que, en la práctica, su uso se ve reducido a algunas viviendas de lujo y a todo showroom sobre tecnología en el hogar que se precie.
Nest lleva sus dispositivos más allá de la simple monitorización y control y hace que sus dispositivos sean lo bastante inteligentes como para optimizar los recursos del hogar o la oficina y reducir su consumo. En particular, Nest Labs arrancó su andadura con un termostato inteligente, capaz de optimizar el consumo eléctrico tanto de los sistemas de calefacción como de los de aire acondicionado. La primera versión del dispositivo vio la luz a finales de 2011 y ha seguido mejorándose desde entonces.
Posteriormente, en octubre del año pasado, Nest Labs presentó su siguiente creación, un detector de humo y de monóxido de carbono. Por supuesto, los dispositivos de este fabricante están completamente conectados mediante wifi a la red del usuario.
La compra se ha producido en el contexto de una ronda de financiación que no ha llegado a completarse al aparecer la oferta de Google. Esta era la tercera ronda de financiación que iniciaba la compañía, que anteriormente había conseguido 80 millones de dólares de inversión de diferentes fondos de capital riesgo.
Quienes lo tenían clarísimo eran los responsables de Google: habían participado en todas las rondas de financiación previa mediante su empresa de capital-riesgo Google Ventures. Parece que están tan seguros del éxito de Nest Labs, o de la utilidad de sus productos en los planes de Google que no han dudado un momento en hacer tan enorme inversión.
De todos es sabido el interés de la compañía fundada por Sergey Brin y Larry Page por los dispositivos conectados en el hogar. Google ha presentado dispositivos para interactuar con el usuario a través del televisor, lidera el mercado de tablets ”“el dispositivo preferido de muchos usuarios en el hogar”“ con su sistema operativo Android y la idea de una casa conectada con su tecnología es música para sus oídos.
Cabe pensar que la temperatura de nuestros hogares y los niveles de CO2 que tiene el aire que respiramos tiene algún interés para la compañía de Mountain View. En su afán por recopilar y procesar toda la información del mundo y, dicho sea de paso, buscar la forma de ganar dinero con ello, no sería de extrañar que obtener información sobre los lugares en que pasamos gran parte de nuestras vidas, hogar y oficina, sea para ellos un objetivo interesante.
Es lógico que una empresa tan grande como Google se meta en el mundo de la domótica, ya que esta tomo mucha importancia en los últimos años y nadie quiere quedarse atrás con esta forma de administrar de manera cómodo nuestras casas.