Hace apenas unos días, aparecía en informes un nuevo dispositivo bautizado como SM-G900S, un número de modelo que nos remite a las denominaciones que emplea Samsung habitualmente a la hora de bautizar de manera interna sus equipos. Los más optimistas, de hecho, afirmaban que este nombre de equipo pertenecía a un smartphone de Samsung y concretamente, al esperado Samsung Galaxy S5 que la coreana podría dar a conocer durante el primer trimestre del año. Antes de que eso ocurra, han sido muchos los rumores que nos han permitido configurar un perfil básico de este privilegiado smartphone. Y aunque conviene ser especialmente cautos con estas informaciones extraoficiales, hoy queremos dedicar nuestro tiempo al examen del procesador, corazón de todo equipo y parte fundamental para determinar el rendimiento de cualquier dispositivo.
Según esta misma filtración, que revelaba el nombre en clave del Samsung Galaxy S5, conocíamos que el procesador elegido para este dispositivo sería un Qualcomm Snapdragon 800 con arquitectura de cuatro núcleos y capacidad para funcionar a una frecuencia de reloj de 2,5 GHz. Otras filtraciones apuestan por un procesador ARMv8 desarrollado por la propia Samsung, aunque la mayoría de expertos coinciden en que la firma no tendrá listo este chip hasta el próximo año 2014, lo que significa que casi con toda probabilidad, no podrá ir montado sobre el Samsung Galaxy S5. De hecho, son muchos los escépticos que no apuestan por una arquitectura ARMv8 de 64 bits. Sí afirman que el procesador Snapdragon podría ver aumentada su velocidad de reloj y combinarse, adicionalmente, con una tarjeta (GPU) Adreno 420 más potente para los gráficos.
En cualquier caso, parece que los analistas no son partidarios de que el Samsung Galaxy S5 se apunte un chip ARMv7, puesto que podría quedarse obsoleto muy pronto. Se trataría, eso sí, de un procesador ideal para aquellos usuarios que cambian de smartphone muy a menudo, cada seis o doce meses, pero no para personas que buscan hacerse con un dispositivo que pueda durarles más de un año. En ese caso, sería necesario que Samsung buscara la manera de integrar en el dispositivo un chip con una capacidad superior.
Con respecto al resto de especificaciones, el mismo informe que nos hablaba de los procesadores también hacía hincapié en la resolución de la pantalla. Según los rumores, el Samsung Galaxy S5 llevaría montado un panel con una resolución de 2560 x 1440 píxeles, cuyas dimensiones podrían estar por encima de las cinco pulgadas. Además, la pantalla podría ser más eficiente energéticamente y tener una resolución superior. Esto significa que los usuarios que vayan en busca de un dispositivo con una pantalla de bajo consumo encontrarán en el Samsung Galaxy S5 una excelente solución.
Finalmente, tenemos que indicar que algunas fuentes apuestan por que Samsung pueda presentar dos versiones distintas del Samsung Galaxy S5. Por un lado tendríamos la edición superior y por el otro, la que se correspondería con una gama media. Aparte de las diferencias técnicas, también encontraríamos un contraste en el precio, que tal vez convertiría la adquisición de la quinta generación del Samsung Galaxy S5 en un gesto mucho más asequible.