Los bitcoins han dado un paso más en su aceptación mundial como divisa. EE.UU. acaba de abrir BitcoinShop.US, una tienda online donde los usuarios de bitcoins pueden comprar todo tipo de objetos. Sus creadores, Michal Handerhan y Tim Sidie, tienen una buena oportunidad ahora para hacer su agosto en noviembre, y ya tienen la tienda preparada para formar parte del Black Friday, renombrado para la ocasión como «Bitcoin Friday». Desde luego no estamos ante una absoluta novedad. Sólo se necesita dar un paseo por San Google para descubrir infinidad de sitios donde es posible comprar y vender bitcoins pero, también, listas de lugares donde se aceptan bitcoins para comprar y vender objetos de toda índole. Otro ejemplo de ello es BitcoinStore.com.
Quién sabe si en un futuro no muy lejano el propio gobierno de los EE.UU. o cualquier otro, se anima a dar a los bitcoins el espaldarazo de un reconocimiento oficial. Aunque no se sabe si eso sería mejor o peor para los usuarios de la «bitmoneda», porque entonces debería someterse, como el resto de divisas, a todo tipo de regulaciones y controles gubernamentales. Sin embargo, no se puede negar que los intereses particulares pueden llega a mover montañas y, por lo pronto, los próximos días 10 y 11 de diciembre la ciudad de Las Vegas acogerá un encuentro sobre el futuro de los bitcoins, donde también habrá un debate abierto sobre las formas de regular la circulación de esta moneda. Sólo la lista de sponsors y media partners da una idea de dicho interés, y de la intención de que siga funcionando, pero que lo haga cada vez con mayores medidas de seguridad para evitar posibles fraudes y, por supuesto, robos.
Hace tiempo que las líneas que separan la realidad tangible de la virtual son cada vez más difusas. Las incursiones de uno de estos mundos hacia el otro avanzan un futuro un tanto peculiar, donde la virtualidad se proyecta ante nuestros ojos, nuestra vida social es un doble sentido y podemos adquirir objetos reales con dinero «de mentiras». Podría parecernos que la reciente explosión del mundo de las bitcoins hacia el comercio se asemeja a que, de pronto, una tienda te dice que puedes pagar con los billetes del Monopoly, pero no sería cierto. También el dinero que manejamos habitualmente, nuestros euros, dólares y yenes son una abstracción. Una representación simbólica del valor de un oro que está Dios sabe dónde y del que hay Dios sabe cuánto. Nosotros otorgamos valor a ese papel, y con las transacciones electrónicas hace tiempo que ni siquiera es necesario el billete que doblamos para meter en nuestras carteras. ¿Qué diferencia hay entonces en depositar el valor monetario en otra entelequia? Especialmente si una parte de la humanidad le ha conferido previamente ese valor. Detrás de las monedas de cambio lo que ha habido siempre, y siempre habrá, es la posibilidad de dar algo que quiere otro, a cambio de algo que quieres tú, ¡qué más da!. La pregunta que la gente podría empezar a hacerse en breve podría ser ¿quién no quiere bitcoins?
