Algo que siempre ha provocado cierta controversia, por las opiniones a favor y en contra, es que hasta hace poco era imposible enviar mensajes directos en Twitter a cuentas que no te siguieran. Esto daba lugar a muchos tweets del estilo «Sígueme para DM», con los que normalmente se pedía a dicha cuenta que te hiciera follow, aunque fuera de manera temporal, para poder comunicarte con ella en privado, en vez de hacerlo públicamente mediante tweets. Cualquier usuario de Twitter sabrá perfectamente a lo que me refiero, y hasta habrá pasado por ello en alguna ocasión. Y, claro, por la posterior frustración, en algunos casos, de no obtener respuesta a la petición (a mí me pasó que le tenía que decir una cosa muy importante a Katy Perry y no me hizo caso, pero eso es otra historia…). Sin embargo, hace algunas semanas, en los ajustes de configuración de algunas cuentas de usuario de la red apareció una nueva entrada, con la que podías autorizar el recibir mensajes directos de cualquier usuario de Twitter, no sólo de aquellos a los que sigues. Sin embargo, dicha función ahora está siguiendo el camino inverso: Twitter elimina la opción para enviar mensajes directos a cualquier usuario.
Este sistema se basaba en la premisa opt-in (uso opcional pero desactivado por defecto) que es, sin duda, la más respetuosa con el usuario. Este tiene que realizar una determinada operación para permitir que le lleguen comunicaciones de terceros. La opción contraria es la denominada opt-out (uso opcional pero activado por defecto). En este caso, si el usuario no hace nada, se aplica el cambio, por lo que es probable que, por falta de acción, el sistema cuente con más usuarios, pero que entre ellos una parte indeterminada realmente no quiera contar con dicha función. Ahora las dudas se extienden por Internet, una vez que Twitter ha eliminado ese ajuste de la configuración, pues esto da lugar a varios posibles escenarios. El primero, por el que se decantan bastantes personas, es que directamente se vaya a eliminar dicha función. Los mensajes directos pueden ser una vía estupenda para enviar spam y, en realidad, una de las principales razones por las que se hackean cuentas de Twitter, es precisamente para enviar spam por DM a sus seguidores. Así, puede ser que los usuarios, escamados ante dicho riesgo, hayan optado masivamente por no activar la posibilidad y, por lo tanto, Twitter haya comprobado que no es del interés de sus usuarios. Esta sería una razón más que respetable.
Otra posibilidad, un poco menos agradable, es que la red social se plantee la publicidad mediante mensajes directos como nueva vía de monetización del servicio que, no lo olvidemos, aunque muy exitoso como sistema de comunicación, todavía tiene muchos interrogantes como negocio lucrativo (y no deja de ser una empresa que persigue ese fin). El sistema opt-in, cerraría los buzones de gran parte de los usuarios de Twitter a dichas comunicaciones comerciales, por lo que si esa vía de monetización está sobre la mesa, podrían ir por ahí los tiros. Y una tercera opción, que recientemente parece estar ganando puntos, es que Twitter se esté replanteando por completo su estrategia con los mensajes directos. Hace unas semanas se supo que la empresa podría estar interesada en crear una app específica para este tipo de comunicaciones. ¿Qué significa esto? Pues que se estaría planteando plantar cara a su principal rival, Facebook, precisamente en el campo en el que menos éxito está consiguiendo Facebook: la mensajería instantánea a través de dispositivos móviles.
Ya comentábamos hace unas semanas que LINE podría estar pensando en dar el salto, de servicio de mensajería instantánea a red social. No carece de sentido pensar en el movimiento inverso por parte de Twitter, que ya ha visto a Facebook intentarlo. Aunque la presencia de Twitter en dispositivos móviles ya es bastante alta, tener éxito con una estrategia similar sería muy significativo, y sería una explicación de las recientes noticias sobre grandes ofertas económicas por la adquisición de servicios de mensajería instantánea para móviles.
