BlackBerry vive una situación límite. La compañía apenas tiene ya relevancia en el mercado de los smartphones y su caída libre se ha llevado consigo a su último CEO, Thorsten Heins. Para reconducir la situación, la compañía canadiense ha nombrado a un nuevo dirigente y va a comenzar un nuevo proceso de reestructuración que acabará con 4.500 empleados de la firma en la calle. Un movimiento que pretende mejorar los resultados de la empresa y adelgazar su plantilla para adecuarla a su situación en el mercado. Habrá que esperar unos meses para medir las posibilidades reales de esta compañía de sobrevivir de manera independiente.
Durante los últimos años, los rumores de venta de la firma canadiense se han sucedido. Especulaciones que tenían mucho de real, ya que empresas como Lenovo, Microsoft o Cisco habían tenido conversaciones con el consejo de administración para interesarse por la compra total de la empresa o por partes de la misma. Además, hace tres meses se formó un comité especial para estudiar el futuro de la firma y plantear de forma más evidente su venta a otra compañía. No obstante, tras la llegada al accionariado de un grupo de inversión llamado Fairfax Financial (que cuenta con una mayoría de las acciones de la marca), la estrategia de BlackBerry ha cambiado de forma diametral.
Por un lado, su CEO Thorsten Heins (que formaba parte de este comité especial) ha sido despedido de su puesto. Su lugar lo ocupa ya John Chen, un ejecutivo con fama de haberse convertido en un salvador para compañías en condiciones difíciles, un papel que ahora debe repetir al frente de BlackBerry. Y es que la compañía canadiense ha decidido abandonar sus planes de venta y centrarse en seguir desarrollando su negocio de smarpthones, a pesar de que apenas cuenta ya con relevancia en el mercado. En un año, su presencia en este segmento ha caído desde el 4% a un paupérrimo 1%. No lo tendrá fácil por tanto Chen para cambiar una tendencia muy negativa. Su llegada coincide con un nuevo proceso de reestructuración que acabará con el empleo de 4.500 personas.
Una medida que pretende aligerar las cargas económicas que sufre la empresa. En concreto, se quiere reducir los gastos de explotación en un 50% en el espacio de un año, y devolver a la compañía a la senda de los beneficios. Otra de las consecuencias que tendrá esta nueva dirección de la compañía provocará que la fabricación de terminales se reduzca a solo cuatro terminales (cuatro líneas diferentes de desarrollo). Los problemas de BlackBerry comenzaron hace varios años, y afectaron a diversos campos de la firma canadiense. La falta de confianza de los inversores con los propios dirigentes de la empresa, los problemas técnicos que tuvieron los terminales en varios periodos, el fracaso de su tablet profesional o los sucesivos retrasos en los nuevos lanzamientos. Pero por encima de todo, el gran hándicap de la compañía es no haber sabido adaptarse a la realidad del mercado. Su evolución a la plataforma BlackBerry 10 y a los terminales táctiles ha sido lenta y su recepción ha sido más bien tibia. El futuro de BlackBerry sigue estando envuelto en sombras, y no hay que descartar que finalmente la firma se decida a vender en unos meses.
Creo que ya empezaron las «decisiones difíciles» pero necesarias para salvar la empresa, aunque peor es que todos se queden sin trabajo, pero sin duda Blackberry tiene todavía chances de cambiar su futuro de la mano de su OS Blackberry 10.
Blackberry 10 es 100% superior a Windows Phone 8.
Siempre va a ser mejor despedir a 4.500 empleados, porque si quiebra, entonces se quedaran todos sin trabajo y muchos sin finiquito. Así es que esta decisión es muy acertada…
Por lo demás, la cantidad de empleados tiene que ir de acuerdo a las ventas. Si mejora, recuperarán su empleo.