iPhone

Se llama Henri Lamiraux y, hasta hace bien poco, era Vicepresidente de Apple para todo lo relacionado con el desarrollo técnico de iOS. Al parecer hace dos semanas que dejó su puesto sin hacer mucho ruido. La marcha ha sido tan discreta que no hemos sabido nada de ello hasta hace unas horas.

El ingeniero francés, que llegó a la compañí­a en 1990, comenzó su andadura en Cupertino como ingeniero de software, desarrollando el sistema operativo y aplicaciones para Mac. Después de ocupar varios puestos en la compañí­a, siempre ligados al desarrollo de software, en 2005 fue elegido para formar parte del reducido pero selecto equipo de desarrollo de iOS.

Tras varios años como Director de ingenierí­a de iOS, pasó a formar parte de la plantilla de altos directivos de Apple, como Vicepresidente de desarrollo del sistema operativo para móviles y tablets. 8 años y 7 versiones después de comenzar con el desarrollo del primer iPhone, ha decidido que era el momento de dejar la compañí­a.

Probablemente no se especulará mucho con el destino del ingeniero al que, sin duda, no le faltarí­an proposiciones laborales interesantes, dado su historial. Sin embargo, en su propio perfil de Linkedin él mismo despeja bastantes dudas. La red social profesional recoge su estado actual como «Retirado», por lo que probablemente Lamiraux piense que desarrollar sistemas operativos para móviles y tablets es, como decí­a alguien, «bonito, pero estresante».

Henri Lamiraux

No cabe duda de que en el equipo de desarrollo de Apple para iOS continúan personas de notable talento, pero Lamiraux deja la compañí­a en un momento muy delicado: Apple está recibiendo muchas crí­ticas que aseguran que, mientras que Android no deja de evolucionar, iOS sigue viviendo de las rentas y no está innovando como acostumbra. Esto se une a la reciente salida de iOS 7, que para algunos usuarios ha resultado decepcionante por no incorporar grandes novedades y, para otros, supone una ruptura demasiado grande con las versiones anteriores. Es decir, que no ha contentado a casi nadie.

Más allá de las aportaciones técnicas del ingeniero, el puesto de vicepresidente implica trabajo de despacho. Años atrás, Jobs ejercí­a el poder omní­modo pero, tras su fallecimiento, la polí­tica interna ha cobrado más peso. Durante estos años, el papel de Lamiroux ha sido clave para el desarrollo de iPhone y iPad, ya que trabajaba mano a mano con los vicepresidentes de diseño, testeo y software wireless.

Todaví­a no se conoce quién ocupará su puesto en el organigrama de Apple, pero deberá enfrentarse a varios desafí­os. El primero de ellos es el desarrollo del sistema operativo. Sin embargo, a medio plazo, colaborar a que los nuevos productos satisfagan a los usuarios, competir con algunas funciones de Android que superan a sus equivalentes en iOS (sin saltarse ninguna patente), combatir el uso de Jailbreak (o abrir un poco el sistema para persuadir a sus usuarios de mantener sus terminales tal como salen de fábrica)… a falta de conocer la persona elegida, no cabe duda de que no va a tener tiempo de aburrirse en el puesto.

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