Si algo se puede decir de esta cámara, sucesora de la X-E1 y la que se parece bastante, es que es más rápida, lo que ya es decir que resulta bastante veloz. Pero antes de entrar en materia hay que encuadrar esta cámara dentro de su categoría. Bajo ese aspecto retro y sólido tenemos un dispositivo sin espejo, de gama alta y con objetivos intercambiables.
El sensor que lo acompaña es un APS-C X-Trans CMOS II de 16,3 megapíxeles. Se trata de un sensor con arquitectura sin OLPF, que produce una mejora sustancial en la calidad de la imagen captada. Tal y como explica la propia Fujifilm sobre este sensor, incorpora una matriz de filtro de color original con un patrón altamente aleatorio que elimina la necesidad de un filtro óptico de paso bajo (OLPF). Estos filtros se usan para corregir ciertas aberraciones, como el muaré, pero inciden negativamente en la resolución. Al eliminar la necesidad del OLPF, la resolución es mayor y la nitidez de la imagen también.
Otro aspecto interesante que ayuda a obtener mejores imágenes es su optimizador de modulación del objetivo o LMO que, además, es compatible con todos los objetivos de la serie XF de Fujifilm.
Volviendo al tema de la velocidad, esta cámara, como decíamos, es mucho más rápida que su antecesora. Sólo tarda medio segundo en encenderse y dispara a una velocidad de 7 fps. Prácticamente duplica la velocidad de procesado, por lo que sólo necesita 0,08 segundos para lograr el enfoque adecuado. Así se logra un Autofoco tanto por contraste como por detección de fase). El obturador tiene un retardo de 0,05 segundos, lo cual es decir que tiene muy poco retardo. Cuenta, además, con una tecnología incorporada por Fujifilm para la ayuda al enfoque manual.
Esta cámara también cuenta con pantalla LCD de 3 pulgadas y un millón de píxeles de resolución y un visor OLED de 2,36 millones de píxeles. Entre sus ajustes de sensibilidad de la película, permite llegar hasta un ISO 25.600. El cuerpo de esta cámara incorpora un pequeño flash, pero también una zapata para ajustar uno externo si se quiere.
Sin duda una de las opciones que las cámaras actuales ya ofrecen, y que más se echan de menos cuando no se tienen, es la conectividad wifi. La X-E2 la tiene. Y junto con la aplicación desarrollada por Fujifilm para ella, es posible hacer un traspaso rápido y sencillo de las imágenes desde la propia cámara al ordenador. Igualmente dispone de grabación de vídeo a 1080p y 60 fps, con unos buenos ajustes de enfoque automático cuando se realiza una grabación de una escena en seguimiento.
Esta cámara está disponible en dos colores: negro y plata, y viene equipada con una serie de accesorios bastante de agradecer como son la funda, que es de cuero, el adaptador de montura M, tres modelos de flash, filtros y un disparador a distancia. De momento no se ha dado a conocer el precio al que se venderá.