Flipcase

La carrera por la innovación es complicada, y aunque uno en ocasiones tenga la primera posición, no es fácil mantenerla. Esto, claro, puede dar lugar a la toma de decisiones que pueden resultar poco acertadas, ya sea para todo el mundo o para la opinión de algunos. Tal es el caso de la estrategia de Apple con su producto estrella, el iPhone, que en su última revisión (o revisiones, para ser más exactos) no ha cosechado el éxito de ediciones anteriores. Y la mayorí­a de las crí­ticas han estado relacionadas con el iPhone 5C, el esperado iPhone low cost que, finalmente, de barato tiene bastante poco. Sí­ es cierto que en Estados Unidos se puede obtener un terminal por 99 dólares, firmando un contrato de permanencia con unas condiciones… bueno, digamos que exigentes. Pero para el resto del mundo, o simplemente para quienes no quieren tener que casarse con un operador en concreto, y con las condiciones que éste imponga, la diferencia de precio entre el 5C (que, en realidad, no es más que el iPhone 5 con el nuevo acabado de plástico de colores) y el iPhone 5S que sí­ que incluye novedades (principalmente un nuevo procesador y un sensor de cámara más grande) no merece la pena. Sólo cien euros de diferencia no hacen que, para muchos, el 5C sea un producto atractivo.

Una de las novedades presentadas con el iPhone de colores en la pasada keynote, fueron las carcasas, también de colores, con las que se podí­an crear combinaciones de lo más llamativas (algunas muy bonitas, otras un tanto lamentables, a gusto del consumidor). Las crí­ticas al respecto tampoco se hicieron esperar. La principal es que, por su diseño, tapan parcialmente la identificación del móvil. Sí­, hablando claramente, que con ellas puestas no se lee que tienes un iPhone. Y, claro, este es uno de esos modelos de teléfono (principalmente junto al Samsung Galaxy S) cuyos usuarios se sienten particularmente orgullosos de tener. Por entendernos, es como si un conductor se comprara un Ferrari, y cada vez que saliera a la calle con él, lo tuviera cubierto con una lona que impidiera apreciar qué se oculta bajo ella. Como alternativa a su uso natural, a David K. McKinney y a Stuart K. Hall se les ha ocurrido crear Flipcase, un juego para la carcasa agujereada del iPhone 5C.

Flipcase

¿Cómo funciona? Pues la idea es de lo más llamativa. En primer lugar, hay que cambiar la posición de la carcasa, de manera que los agujeros no cubran la parte posterior del teléfono, sino la pantalla. Sí­, has leí­do bien, la carcasa debe cubrir parte de la pantalla del iPhone 5C. Entonces entra en juego (nunca mejor dicho) la app Flipcase, que (sorprendentemente) puedes descargar de la tienda de apps para iOS y, en ese mismo momento, tu iPhone de colores se convertirá en un tablero en el que jugar a las cuatro en lí­nea.

Si en ese momento te entra una llamada, recibes un Whatsapp o cualquier otra cosa, tendrás que retirar rápidamente la carcasa para poder acceder a la pantalla del teléfono, por lo que el sistema no resulta demasiado práctico. No obstante, puede servir para pasar un rato entretenido y, en cualquier caso, no deja de representar una cierta crí­tica a la innovación de Apple que, si bien en otras ocasiones nos ha dejado con la boca abierta, en este caso ha resultado un tanto decepcionante. Y, ojo, lo dice un usuario convencido de iPhone que, no obstante, espera que la próxima revisión de su teléfono le vuelva a poner la piel de gallina.

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