hangouts

No soplan buenos vientos para las confidencias, las infidelidades ni las tramas palaciegas, especialmente si el medio elegido para perpetrar tus perversos planes pasa por alguno de estos medios de mensajerí­a instantánea de Google: Hangout, Gtalk o Gmail. Y es que ha ocurrido algo totalmente inesperado y poco habitual (¿?), ha habido un fallo de seguridad en Google Hangout (un bug que al parecer también afecta a Gmail y Gtalk causado, de rebote, por una actualización de varios servicios de Google). Lo más terrible de esto pueden ser las consecuencias, y es que si decides dar luz verde por chat a tus planes para montar la fiesta del siglo este fin de semana en casa, existe un riesgo importante de que el mensaje salte directamente en la ventana de mensajerí­a de tu madre.

En un principio parecí­a que sólo afectaba a usuarios de Mensajes en OS X, aunque luego, en la página de soporte y ayuda de Google han saltado por doquier afectados de otros sistemas operativos, e igualmente para diferentes dispositivos y navegadores. Hasta que no se arregle el fallo, lo mejor es mantener un perfil bajo y prudente (consultar manual del perfecto polí­tico en el arte de hablar mucho sin decir nada de nada) en el uso de la mensajerí­a instantánea de Google si no queda más remedio que usarlo o, directamente, apagar el chat y sacar del trastero la máquina de escribir. Hoy podrí­an pasar cosas terribles si no tomas ciertas precauciones, como que un «cari» o un «a la porra el jefe», acaben, por esas cuestiones del «azar», justo en el chat que te meterí­a en problemas. Porque a estas alturas de la vida es necesario tener muy claro que si algo puede fallar, falla, y que si puede ir peor, va peor. Extrapolado al problema que nos atañe, si mandas a la porra a tu jefe mientras conversas con tu novia, ten por seguro que el bug hará que le llegue, directamente, a tu jefe. Malo, malo.

qwerty

En 2009 Google presentó una genial solución el enví­o de correos por error. Básicamente, si en los cinco segundos posteriores a pulsar el botón «Enviar» te das cuenta de que has cometido un error, podí­as deshacer el enví­o. El «pero» era que el servicio estaba pensado para todas aquellas personas que después de una noche gloriosa de farra y parranda, deciden decirle cuatro cosas a esa persona a la que siempre quisieron decirle cuatro cosas. Razón por la cual sólo estaba activo en las noches de los viernes y los sábados. Claro que si alguien está tan perjudicado que juega a la ruleta rusa con el email, ¿será capaz de usar esos cinco segundos de margen para arreglarlo?, ¿o les dará un ataque de risa floja cuando aparezca el botón de «Undo Send»? Otra de las grandes ideas de Google (a la altura del palo del mocho) para que sus usuarios no enví­en correos en plena melopea fue Mail Goggles, lanzado en 2008 tras una juerga de desarrolladores de Google que ajustaron cuentas por email en plena cogorza. Básicamente, cuando se activaba la función, el programa planteaba una serie de operaciones matemáticas. Si no el usuario no podí­a resolverlas entendí­a que estaba ebrio y no le permití­a enviar mensajes.

Pero hablamos del email. En el caso de la mensajerí­a instantánea la cosa no es tan fácil. Y, de momento, lo que sale del chat, no vuelve al chat. Es más, lo que sale del chat no sólo no vuelve al chat, sino que entra en el chat que no es. En cualquier caso, al ritmo al que se suceden los fallos de seguridad, en breve será necesario considerar, cuando todo funcione bien, que estamos ante un «fallo de inseguridad», y sacarlo como noticia en la portada de todos los periódicos y abriendo los telediarios. En serio, ¿nadie se ha planteado volver a la máquina de escribir y a los sobres y sellos de toda la vida?

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