En pleno Mobile World Congress 2013, la feria de telefonía móvil que se celebra puntualmente a principios de cada año, surgió la noticia de que Samsung y Huawei estaban trabajando en el desarrollo de los primeros dispositivos móviles equipados con Tizen, una nueva plataforma que pretendía sustituir a la antigua Bada que en su momento apoyó Samsung con el despliegue de un importante parque de teléfonos móviles básicos. De hecho, en ese mismo evento conocimos el funcionamiento del primer teléfono móvil con Tizen. Hoy, transcurridos casi seis meses desde entonces, hemos recibido la noticia de que el despliegue de esta plataforma no va a producirse conforme a lo previsto. Al parecer, Samsung podría estar interesada en retrasar el lanzamiento de su primer dispositivo con Tizen más allá de agosto o septiembre de este año 2013.
Si la hipótesis de los medios coreanos se cumple, el lanzamiento de los primeros dispositivos con Tizen podría tener lugar dos meses después de lo previsto en un principio. De este modo, parece que no los encontraremos en el mercado hasta principios de octubre o noviembre de 2013. Los rumores nos indican que la razón de este pequeño retraso está en el ecosistema Tizen. Y es que al parecer, Samsung no quiere dar a conocer ni el sistema operativo ni los primeros teléfonos móviles sin que exista un catálogo más amplio de aplicaciones. En este sentido, la coreana no tiene la menor intención de lanzar un dispositivo a la inversa, antes de contar – se entiende – con un buen soporte con respecto a las herramientas que completarán y ampliarán las funciones del primer teléfono y de todos los que se presenten a continuación, ya sea de la mano de Samsung, de Huawei o de cualquier otra marca que tenga la intención de adherirse al proyecto Tizen.
De todos modos, sabemos que el primer teléfono que saldrá a la luz formará parte del catálogo de Samsung con el nombre de modelo GT-I8800 y contará con una ficha técnica de envergadura. De momento, las especificaciones exactas todavía no se han dado a conocer. Es muy posible, eso sí, que el terminal cuente con un procesador SoC Exynos 4412 de cuatro núcleos, actualmente integrado en los Samsung Galaxy S3, una pantalla de alta definición (720p), funciones inteligentes específicas como S Voice, implantadas en primicia en la saga Galaxy, y compatibilidad con el lenguaje HTML5.
En los primeros tests (puedes ver un vídeo realizado en el Mobile World Congress de este año) el sistema operativo todavía presentaba algunos bugs o fallos que en ese momento no estaban resueltos, pero que tendrían que estar prácticamente listos para el fin del verano. Estamos, en definitiva, ante un sistema operativo muy sencillo, con una arquitectura de iconos bastante básica, ordenada en formato rejilla y una barra de notificaciones que ofrece información sobre mensajes recibidos, actualizaciones o llamadas a la manera tradicional. Finalmente, hay que decir que el usuario podrá descargar e instalar aplicaciones como lo haría con cualquier otra plataforma a través de una tienda propia. Esta es, precisamente, la característica que Samsung está refinando para salir al mercado con garantías.
