Tizen es un sistema operativo de código abierto (aunque requiere licencia) desarrollado por un equipo de trabajo en el que Samsung, Panasonic e Intel se postulan como líderes. Los responsables de esta plataforma, algunos ex desarrolladores de MeeGo, presentaron en el Mobile World Congress 2013 el código del sistema y todas las herramientas que permitirán avanzar en su puesta a punto. La idea de crear este nuevo sistema operativo nació en 2011, cuando la compañía Google – dueña de la todopoderosa Android – adquirió Motorola. Con todo, Samsung quería reducir su dependencia a los iconos de Google, dando paso a una nueva era más plural por lo que a sistemas operativos se refiere. Los primeros teléfonos móviles con Tizen llegarán de la mano de Huawei y Samsung a partir de la segunda mitad del año, así que las pruebas sobre dispositivos reales se están acelerando por momentos. Prueba de ello es la presencia de los primeros teléfonos prototipo en el stand de Tizen. El medio Engadget ha sido uno de los primeros en dar a conocer in situ el funcionamiento estos nuevos terminales, todavía en fase de prueba.
En principio, parece que la apuesta de Tizen es llegar a los terminales de gama media, pero no a los grandes buques insignia de estas compañías, que seguirían funcionando con Android. Los dispositivos que por ahora ha utilizado Samsung para testar la plataforma están equipados con procesadores de doble núcleo y pantallas 720p. Funcionan a través de aplicaciones integradas de manera nativa en los teléfonos y son compatibles con el lenguaje HTML5. A la vista está que no nos encontramos ante terminales básicos, que sí tendrían cabida en el proyecto de Firefox OS, cuyas aplicaciones y funciones están ubicadas en la nube.
Ya en el terreno del software, se detectan algunas carencias y bugs que todavía están por resolver. No obstante, las versiones actuales ya nos permiten obtener algunas impresiones válidas, que no cambiarán a corto plazo. Se trata de un sistema operativo muy sencillo, con un aspecto de lo más generalista: el usuario encontrará los clásicos iconos que dan acceso a las aplicaciones, ordenados en formato rejilla y con una barra de notificaciones en el extremo superior. Su aspecto y funcionamiento nos recuerdan mucho a los esquemas de Android, así que las cosas no han cambiado tanto. El botón central físico nos permitirá acceder al gestor de aplicaciones. Es a la hora de ejecutar algunas de estas funciones cuando se presentan los primeros problemas. Y es que Tizen todavía está muy verde. Algunos programas tienen dificultades para arrancar y otros simplemente se quedan en standby.
Pero lo que más ha llamado la atención a los analistas ha sido el software de la cámara fotográfica. Y es que en lugar de llevar las funciones más básicas, la plataforma incluye un modo ráfaga (para hacer varias fotos en una sola pulsación) e incluso un soporte para sensores más avanzados. Tendremos que esperar un poco para ver un sistema totalmente limpio de fallos y errores críticos. Sus desarrolladores ya están trabajando en ello.