Samsung no sólo quiere que sus teléfonos móviles sean cada vez más inteligentes, sino también cada vez más robustos. Por eso acaba de publicar un vídeo que muestra las pruebas de laboratorio a que somete a sus smartphones para verificar su resistencia y su durabilidad. La víctima es uno de sus productos estrella, el Samsung Galaxy S 3. Con este entretenido vídeo pretende demostrar cómo crear un móvil duradero y seguro. En realidad, recoge todo lo que no se debe hacer con un smartphone. Algo parecido al aviso de ciertos programas de televisión sobre “no intenten hacer esto en su casa”.
Doblan el móvil, lo mojan, se sientan sobre él… Todo ello dentro del laboratorio, pero replicando las torturas que debe soportar un teléfono móvil a diario en la realidad. La duración es de tres minutos y medio, lo suficiente para enseñar cuatro pruebas de estrés. La primera consiste en pulsar el botón de inicio más de 200.000 veces para ver si aguanta. Como eso sería muy cansado para un humano, una máquina se ocupa de ejecutar el trabajo sucio. Aplica una fuerza de un kilogramo por cada pulsación, en intervalos de 9 segundos. La segunda prueba es la del trasero o las posaderas. Sí, el equivalente sentarse sobre un móvil. En esta ocasión, un robot vestido con un pantalón vaquero es el encargado de aplicar un peso de 100 kilos.
El maltrato a los móviles no acaba ahí. Después llega el turno de retorcerlo lateralmente, pero no a mano, sino a máquina. Los guionistas intentan que nos imaginemos que, mientras tanto, viajamos en el metro de Seúl a 25 grados de temperatura. A continuación, como parece que el smartphone ha quedado un poco sudado lo pasan por la cadena de lavado. Pero no basta con poner un poco de jabón, sino que el agua está aderezado con unos conos amarillos y unas pequeñas pirámides de silicio. Todo para que el móvil quede bien limpito (¿y bien rayadito?).
Luego ponen un llavero y unas monedas sobre la pantalla, como paso preliminar a una fase de aclarado que podría celebrarse durante una tarde de lluvia cualquiera. Eso sí, siempre que sea un aguacero con precipitaciones con una intensidad de 60 mm/hora. Allí lo dejan un ratito, y después un investigador del laboratorio comprueba que el smartphone todavía funciona. El siguiente test de resistencia al agua bien podría realizarse con la manguera del jardín. Por último, el videoclip se cierra con varias pinceladas de otras pruebas, como la caída de un móvil contra el suelo o el aguante frente a los golpes del conector en la base del dispositivo. Y todo para que los consumidores puedan usar los productos de Samsung con “tranquilidad de espíritu”.
El vídeo en cuestión está colgado en este enlace de YouTube. Está en coreano, pero es posible activar los subtítulos y luego la función de traducción de subtítulos del coreano al español. No obstante, ten en cuenta que esa función está en fase beta y las traducciones no siempre resultan acertadas.
Pienso que el Nokia Lumia 920 es mucho más duro que este teléfono. Los videos de pruebas al Nokia son bestiales, y aguanta lo que le hagan.